10⛥ The Guide

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Capítulo dedicado a @SoyOsorio

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Capítulo dedicado a @SoyOsorio

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-¿Qué es este lugar?

Una pequeña y forzada sonrisa fue dibujada en mis labios al detenerme junto a Deimos.

Todo lucía exactamente como la última vez que estuve ahí. Sólo varió la compañía.

-Esto es Dharma, amor mío. -le guiñé un ojo antes de dar un pequeño salto para bajar de una roca.

Las brujas desnudas que sobrevolaban nuestras cabezas montadas en escobas comenzaron a bufar como felinos al percibir la desconocida energía del ángel caído que me acompañaba.

Avanzamos entre cabras negras de cuernos blancos y esquivando a su vez las pequeñas erupciones de humo y lava que emitían de vez en cuando algunos agujeros en el rocoso terreno. Cuando llegamos al extenso lago rojo que nos guiaría a la entrada escuché la exhalación de asombro de Deimos al ver el gigantesco letrero con el nombre del lugar. Los curas crucificados en las gigantescas cruces seguían igual de malolientes y descompuestos.

Desde el otro lado del lago varias adolescentes con túnicas de plumas de cuervo y largos cabellos decorados con ramitas de lavanda me distinguieron y antes de empezar a gritar eufóricamente mi nombre me señalaron.

-¡Es la princesa!

-¡Ha regresado! ¡Ha regresado!

-¡Soberana! ¡Soberana! ¡Tu hija a regresado!

-¿Hija? -murmuraron Deimos y Lorcan a la vez.

Alcé la cabeza, con la barbilla firme y los ojos inundados en melancolía y amor como cada vez que volvía a verla. Las niñas se cogieron de las manos y formaron un círculo alrededor de ella la cual surgió del medio de una fogata de kilométricas llamas. Comenzaron a danzar en círculos al tiempo que ella avanzaba en nuestra dirección.

Su toga esta vez era de color blanco y sus solapas de joyas relucientes en forma de lágrimas negras que caían por su espalda, formando así una larga capa. Una intensa brisa apartó un poco la larga capucha que mantenía escondido su rostro de modo que la mitad de este quedó al descubierto en el mismo instante en que el círculo de las niñas se disolvía, permitiéndole así acuclillarse a la orilla del lago. Dirigió la palma de su mano repleta de anillos y gemas al agua y bastó que cerrara los ojos e inspirara hondo para comenzar a formar pequeñas olas que tras unos segundos dieron paso a la solidificación del líquido, creando bajo nuestras impactadas miradas un ancho camino en el cual pudimos posar nuestros pies y avanzar sin problema alguno hasta ella.

AMOS© |TRILOGÍA AMOS 3|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora