6⛥The Ritual

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[Recuerde querido lector, manifestar su apoyo es de suma importancia para que esta obra llegue a más personas. Usted es el responsable de las puertas por desbloquear.

Gracias eternas, Geneva Morte.]








-Iremos al infierno, ¿y luego qué?

Mientras mezclaba la tinta distraídamente con el pincel le miré un buen rato en silencio.

-Luego igual te enseño el armario de Asmodeo. -sonreí cuando me fulminó con la mirada, apoyando su codo derecho en una rodilla flexionada.- No me mires así. Si formulas preguntas estúpidas obtendrás esta clase de respuestas.

-A lo que me refiero es a que, ¿y si tus padres no pueden ayudarnos?

-Podrán.

-Pero, ¿y si no?

-Ni siquiera hemos comenzado y ya tienes ese pensamiento. ¿De qué demonios sirve entonces todo esto que e preparado?

Suspiró y miró el techo.

Sabía el camino que deseaba tomar así que decidí ir de frente y no en círculos como él estaba haciendo.

-Soy consciente de que llegará el momento de conocer a tu padre. Pero no será este.

-¿Por qué?

-Porque soy un demonio. Y los demonios agotamos todas las posibilidades antes de aceptar las derrotas.

-¿No piensas en las cosas por las que estará pasando Alaida mientras tú estás intentando exprimir esas ridículas posibilidades?

Fijé mis fríos ojos en él.

-Lo sé, Kimberly. Cada vez que duermes susurras con dolor su nombre, ¿cuánto tiempo más pensabas ocultármelo?

-Hablar de eso significa manifestarlo.

-Entonces deja que él dirija esto.

-¡Dios no peleará mis batallas! -bramé, dejando con fuerza el cuenco a un lado y manchando el suelo en el proceso.

-Él es más destructivo que tú.

-Y esa es razón suficiente para seguir esquivándolo.

-No logro comprenderte.

Antes de que se levante volví a sentarlo bruscamente al tirar de su muñeca.

-¿Y sabes por qué? -negó a lo que ladeé la cabeza.- Porque eres alguien escrito por Dios. Alguien así nunca logrará comprender a alguien escrito por la oscuridad.

Supo que aquello sería el final de la conversación al notar las lágrimas agruparse en mis ojos.

Estas discusiones nunca eran agradables para mí porque muy en el fondo debía de admitir que siempre tenía una amarga y extraña sensación de estar equivocada. Inlcuso cuando mis labios estaban en lo cierto.

AMOS© |TRILOGÍA AMOS 3|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora