Capítulo especial dedicado a todos los lectores leales que aguardaron pacientemente hasta el final de esta destructiva y oscura etapa. ¡Acompañadme hacia este nuevo despertar![Recuerde querido lector, manifestar su apoyo es de suma importancia para que esta obra llegue a más personas. Usted es el responsable de las puertas por desbloquear.
Gracias eternas, Geneva Morte.]
La naturaleza del infierno era malditamente extraordinaria.
El dragón de Asmodeo, cuyo nombre aún desconocía, apenas pudo seguir batiendo sus alas debido a la tormenta de ceniza. Cuando aterrizó sobre el rocoso terreno de piedras negras su jinete nos miró por encima del hombro y con el cabello y el rostro manchados del agua grisácea que caía sobre nosotros, quemando a veces debido a su temperatura.
-¡Debéis seguir a pie! ¡No puedo avanzar más!
Deimos fue el primero en deslizarse por la cola del dragón mientras que yo seguía con los ojos fijos en los del príncipe de la lujuria a quien por primera vez vi inseguro.
Pasó su antebrazo por los ojos para poder verme mejor y acto seguido negó con los labios apretados.
-¡No es buena idea, princesa!
-¡Los demonios sólo estamos hechos de malas ideas! -contesté con una pequeña sonrisa.
Sorprendiéndome entonces devolvió la mirada al frente antes de empuñar su espada, listo para bajar también de su dragón.
Fue cuando avancé con rapidez hacia él hasta sujetar su brazo izquierdo, ocasionando así que girara su rostro en mi dirección. Quedando a escasos centímetros de distancia cerré los ojos unos cortos segundos en forma de agradecimiento.
-Esta no es tu misión.
-Si bajas necesitarás algo más que tu poder, Goetia. -me sorprendió por segunda vez al dirigirse a mí por mi nombre biológico.- La oscuridad que anida en el Sitra Ahra es diferente a la tuya o a la mía. Mi dragón no aprobará el acompañarme pero puedo ser de ayuda y...
-Gracias, Asmodeo. -posé mi mano en su nuca.- Pero traigo algo más que oscuridad. -poco a poco su mirada se transformó en una confusa.- Traigo a un ángel. ¡Vuela, dragón!
Y tomándole desprevenido le di una fuerte palmada al lomo antes de saltar de él.
Escuché la gruesa voz de Asmodeo gritar mi nombre pero el viento guió a su mascota lejos de nosotros. Apenas podía abrir los ojos y me acerqué a duras penas hacia Deimos quien con una rodilla apoyada en el suelo se había quitado la toga, quedando en unos pantalones negros ajustados. Rompía la tela con los dientes, ayudándose de la daga de vez en cuando. Cuando intenté preguntarle la razón comencé a toser descontroladamente al tocar mi lengua el agua y la ceniza que arrastraba el viento.
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AMOS© |TRILOGÍA AMOS 3|
Romance[TERCER LIBRO TRILOGÍA AMOS] Dios ama a toda su creación , incluyendo a los demonios. Pero... ¿Amará suficientemente a su hijo caído y a la primera Lilim en pisar tierras mortales como para salvarlos? Descúbrelo en la tercera y última entrega de es...