CAPÍTULO 30 Misterios

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Jun Seo Joon, entraba a su oficina la cual se encontraba rotulada con la placa dorada y en un estilo sofisticado, su nombre y debajo su cargo como presidente de una de las empresas con mayor auge y distinción en el mundo de la publicidad.

-Je ri, antes de llenarme de trabajo me traes un café, por favor. — pidió a la secretaria que lo seguía con agenda electrónica en mano.

-Si señor.. .¿Desea algo más? —preguntó observando cómo su jefe tomaba asiento y observaba un sobre en el escritorio.

-¿Esto quien lo ha dejado? no tiene remitente. —acotó el hombre revisándolo.

-No se señor.. .yo no lo he dejado ahí, pero es para usted. —le hizo saber al ver la etiqueta de llevaba el nombre de su jefe.

-Bueno, ve por el café.. Je ri traes uno para ti o lo que quieras, mientras me informarás lo pautado para el día de hoy. —obviando el comentario estúpido de su secretaria, lógicamente era para él ¿Para quién coño más podría ser?

La secretaria asintió en silencio y salió de la oficina, Seo Joon sin perder        tiempo y arrastrado por la curiosidad abrió el sobre manila, sacando el contenido, al percatarse de lo que era, lo dejó caer como si fuese un hierro al rojo vivo, como si este le hubiese quemado las manos y dejándole en carne viva el alma.

-¡¿Qué es esto?! ¡¿Qué diablos es esto?! —se preguntaba alterado, con los latidos de su corazón descontrolados y las lágrimas se anidaron en su garganta inmediatamente, ante el golpe bajo que le acababan de dar.

Atreviéndose una vez más, para cerciorarse de que no era una alucinación, sus manos temblaron con las fotografía en sus manos, las pasó una tras otra y sentía el corazón partírsele a la mitad, eran tres fotografías y estaba seguro que eran de técnicas de fotografía forense, todas mostraban a un niño calcinado de entre ocho y diez años y en la parte inferior con letras recortadas de un periódico llevaban un nombre, ese nombre que retumbaba en él "Agustd"

-Esto es una broma de mal gusto ¿Qué hijo de puta hace esto? —se preguntaba mientras las lágrimas rodaban por el rostro de Seo Joon,
No podía siquiera respirar, por lo que se aflojó la corbata y sin pensarlo se encaminó a la trituradora de papel y destruyó las fotografías, sacó la bandeja para no dejar ningún rastro y con su encendedor le prendió fuego a los girones, mientras todo él temblaba.
-Alguien quiere joderme la vida y de la peor manera ¿Cómo coño llegó esto aquí? —se preguntaba limpiándose bruscamente las lágrimas y respiraba profundamente para calmarse, no debía caer en pánico, no debía.

La secretaria entró con bandeja en mano y la colocó en el escritorio, percatándose del estado alterado de su jefe.

-¿Necesita algo señor Seo Joon? —inquirió la mujer con precaución.

-No. bueno si, Je ri necesitó que me averigües quien dejó este sobre aquí, he dicho incontables veces que no me gusta que entre en mi oficina si no estoy. —la voz del hombre evidenciaba el nerviosismo que aún lo colmaba, el miedo y rabia que también jugaban con sus emociones.

-Le preguntaré a la mujer de limpieza señor, seguramente fue ella quien lo dejó. —le hizo saber mientras observaba el sobre, el cual se encontraba vacío, pues ya el hombre se había encargado de destruir lo que contenía. —Se le enfría el café señor.

-Déjalo ahí, sal y cierra la puerta, quiero estar solo de momento. Te llamaré para revisar la agenda.. .ve adelantar trabajo. —ordenó.
La asistente asintió en silencio y salió del lugar, sin poder comprender la actitud de su jefe, sabiendo que lo que lo había turbado tenía que ver con ese sobre.
Jun Seo Joon se dejó caer abatido en su majestuoso asiento, como si hubiera sido golpeado por un vendaval de emociones desbordantes, sus manos, cual mariposas de fuego, buscaban refugio en su cabello, acariciándolo pero también añadiendo presión, como si pudiera arrancar de su mente aquel suceso que había sacudido su existencia, aquellas fotos incandescente, como una brasas ardiente, habían dejado sus sentidos envueltos en un torbellino en llamas, confundido y anonadado.

Jun Seo Joon se dejó caer abatido en su majestuoso asiento, como si hubiera sido golpeado por un vendaval de emociones desbordantes, sus manos, cual mariposas de fuego, buscaban refugio en su cabello, acariciándolo pero también añadiendo presión, ...

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SELENOSIS AFABLE 1  ||YOONMIN||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora