CAPÍTULO 26 Removiendo Heridas del Pasado

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Yoongi por más que quiso e intentó controlarse, respiró profundo para conseguir largarse de ahí y no caer en el juego de ese desgraciado, no debía caer en provocaciones, pero eso iba más allá de cualquier concentración, por lo que acortó la distancia que lo había alejado de Seo Joon en tres largas zancadas y casi atacándolo con su cuerpo y dejaba su cara a escasos centímetros de distancia, sintiendo la ira cabalgar desbocada por todo su ser, los latidos de su corazón retumbaban en su pecho e intentaba controlar el temblor en sus manos, ese que solo se calmaría si agarraba al tipo como saco de boxeo.

-No lo amenazo, es un hecho, le partiré el culo. —la rabia, le dio un alto grado de seguridad y arrogancia, mientras su mirada destellaba, intensificando el color de sus ojos, dándole una tonalidad amarilla, ese minino estaba dentro, rugiendo, con esto pidiendo salir al ruedo, las venas bombeaban la sangre velozmente, haciendo las de su cuello realmente visible.

Seo Joon se sintió intimidado, pero no lo demostraría, por lo que le mantuvo la mirada, manifestando que no le tenía miedo a un funcionario público, aunque su corazón latiese desbocado al ver de cerca la    mirada del chico, despertando cientos de emociones y recuerdos dentro de él.

Yoongi salió del hospital cómo alma que dominaba el diablo, subió a su camioneta y arrancó excediendo los límites de velocidad, cegado ante la rabia, al minuto el sonido de una llamada entrante retumbo en el interior del vehículo con esto perturbándolo aún más, pero no contestaba, sin embargo la persona no se rendía.

-Señor. –Mr Kim intentaba aconsejarle que redujera la velocidad, cuando  Yoongi intervino explotando en gritos.

-¡Váyanse a la mierda! —canceló la llamada y mantuvo su velocidad. Los guardaespaldas ante la actitud agresiva del joven no siguieron intentando, su trabajo era protegerlo y seguirlo, sabiendo que algo había pasado y él tomaba la dirección de su departamento y no la de algún restaurante, la fiscalía o la torre Lee.
Entró al estacionamiento del edificio sin respetar siquiera el paso peatonal, ni mucho menos reducir la velocidad, estacionó abruptamente, bajó de la camioneta, con la furia que lo consumía lanzó la puerta y se
encaminó a los ascensores como un animal salvaje.

Mr Kim y Wang, se miraron desconcertados, al ver la agresividad en el joven y aun dudaban si era uno de esos momentos en los cuales debían llamar a Lee Namjoon.

-Lo hago yo, el señor Lee dijo que al mínimo cambio de ánimo. —acotó Kim y su compañero solo asintió en silencio.

El moreno marcó a su jefe en Japon, logrando comunicarse con él y conseguían escucharlo claramente aunque estuviesen a larga distancia.
-Señor Lee, le habla Mr Kim (Seriedad), he decidido llamarlo porque su sobrino esta algo agresivo. —hablaba el hombre tratando de buscar las palabras adecuadas.

-¿Qué paso? ¿Por qué esta así? —indagó el hombre.

-Salió en ese estado de un hospital donde está trabajando sobre un caso no podemos saber a ciencia cierta que pasó dentro, porque no nos dejaron entrar portando las armas, solo nos quedamos en el pasillo.

-¿Dónde está ahora? —preguntó.

-Acaba de subir al departamento.
-Bueno, ustedes estén pendiente que no salga solo, yo voy a llamar a Jungkook para que vaya a ver que paso, gracias Kim.

-De nada señor. —con esas palabras finalizó la llamada.

Yoongi entró al departamento y mientras se encaminaba al gimnasio, se quitaba el saco, la corbata y la camisa quedándose solo con el pantalón, llegó directamente al saco de boxeo con el cual empezó a descargar su ira, golpe tras golpe, que cada vez tomaban más velocidad y fuerza, llenando el ambiente con el sonido seco de los ataques, mientras su respiración se forzaba cada vez más y el sudor liberaba esa energía que lo estaba consumiendo.

SELENOSIS AFABLE 1  ||YOONMIN||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora