En un mundo donde la Ley y la Corrupción se entrelazan . Dos hombres están a punto de enfrentarse a sus propios demonios .
Lee Yoongi , joven de 27 años, intenso, con una energía emocional única, un abogado implacable , atormentado por un pasad...
Una semana había pasado desde que le pedi a Yoongi, que no me molestará más y él no lo había hecho, muchas veces me recriminaba por sorprenderme al estarlo pensando, leía sus mensajes y estos me hacían sonreír, estuve tentado a escribirle, cuando de repente.
Como si fuese una señal mandada del cielo, lo reconocí a cierta distancia atravesando un paso peatonal con otros hombres, imagino también abogados.
La malicia y travesura de SeokJin se apoderaron de mí, por lo que pise a fondo el acelerador, y frene bruscamente, frente a él quien quedó paralizado mirándome a través del cristal, le hice una seña y seguí mi camino a ZM Millenial, agarre el móvil y lo llame.
-Diga. —me contesto alterado.
-Trague en seco para que baje las pelotas, que se le han quedado en la garganta abogado. —le dije mientras reía y colgaba.
Pero enseguida entro una llamada, sabía que era él.— ¿Diga?— pregunte.
-¿Sabe que ha cometido un delito? Ha intentado asesinarme. - realmente estaba molesto, que ironia.
-Pues he fallado, iba a asesinarlo, pero solo a usted, la próxima vez espero este solo. ¿Por cierto ya me encontró un abogado? —porque un fallecido no podrá hacerlo.- exclame.
-¡Váyase al diablo! —exclamó enfurecido y me trancó.
-Imbécil. —Yo me voy al diablo, pero tú te vas a la mierda. — mirando el móvil. —Estás loco si crees que me harás un numerito. —mientras mi teléfono seguía llenándose de llamadas perdidas.
Llegue a la Tienda y baje con el almuerzo, sin atreverme a mirar el teléfono que de vez en cuando le entraban llamadas con el mismo número.
-Alguien quiere desesperadamente comunicarse contigo. —me hizo saber Seokjin mientras disfrutaba de su almuerzo y veía como se iluminaba la pantalla de mi teléfono móvil.
-No es nadie importante, voy restringir el número. —Listo, problema resuelto, ahora si almorcemos tranquilos. — Jin y Hoseok se miraron desconcertados, al ver la reacción de Jimin, ellos la conocían muy bien y por más que intentará parecer casual no lo había logrado.
Mientras Lee Jungkook
Nos encontrábamos almorzando en el restaurant de siempre punto intermedio entre la sucursal de HYBEX y el despacho de la firma de abogados Lee.
-Yoongi deja el teléfono y come. —, observe cómo mi primo ni siquiera había probado bocado por estar intentando realizar alguna llamada.
-¡Maldita sea! Me restringió las llamadas. —Si te ríes te parto la cara.—me advirtió ya que evidenciaba la burla.
-Ya te llamará, por cierto no la conozco. Le dije.
-No es nadie importante, solo es Jang Dong Jimin un psicópata que hoy casi me atropella.-me expreso.
- Como? No es Ella, es El… sorprendido – esto es nuevo Lee Yoongi…le dije, patidifuso quede…
-¡Entró por la puerta grande! —exclame y solté una carcajada. — Porque para que seas tú quien lo esté llamando y con tanta insistencia.
-Ya te dije que no me interesa, le voy a sacar hasta el último dólar. Lo voy a demandar por intento de asesinato a Jang Dong. —la reacción de Yoongi, mostraba más interés por el chico del que esperaba.
-Intente estar serio, pero no aguantaba la risa, Yoongi sabía que yo solo pretendía que me contará un poco más de Jang Dong , no sé por que , pero su nombre se me hacia conocido, aunque sé que no lo haría, jamás vi a mi primo así por nadie y menos por un hombre, no es de su preferencia.
-Después de almorzar, cada uno se dirigió a sus lugares de trabajo, mientras Yoongi siguió intentando comunicarse con Jimin, pero en vista que no podía hacerlo mediante llamadas, le envió un whatsapp.
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