Hades prefiere la Vainilla

190 16 0
                                    

Su sonrisa petulante hace que sienta que estoy peleando en una batalla que ya he perdido desde hace mucho tiempo y mi padre con su actitud empeora las cosas para mí. Si tan solo pudiera entender que al tratar de complacer a la señora Larissa me está lanzando por la borda a un mar lleno de tiburones hambrientos que esperan ansiosamente el momento de devorarme. —¿Por qué siempre soy la última en enterarme de todo? ¿Por qué todos son tan inhumanos conmigo y juegan conmigo de este modo?—me quejo desesperadamente.

—Hermanita, ¿cuándo vas a entender que siempre estaré un paso adelante de ti? ¿No lo has entendido aún? Tú nunca podrás deshacerte de mí—se levanta de la cama y se acerca tanto que termino acorralada en la pared.

—Pues ni pienses que voy a ir contigo a alguna parte. ¿Lo has entendido?—lo empujo y bajo las escaleras corriendo. Me dirijo hacia donde se encuentra mi padre que es con quien único puedo sentirme a salvo porque por algún motivo cuando él está cerca Hades no se atreve a mostrar su verdadera naturaleza. Buscando distraerme ayudo a poner la mesa, coloco los cubiertos sobre las servilletas y pongo los platos. Mi padre ha preparado un pavo horneado con papas, brócoli y unas zanahorias. ¡Se ve tan perfecto todo! No por nada es el mejor chef del mundo, al menos para mí. Hades baja para volver a intimidarme con su presencia, me mira fijamente mientras pone unos vasos en cada lugar y prepara una jarra con jugo de naranja.

—Gracias Hades, por ayudarnos—le sonríe papá.

—Solo a él le das las gracias, ¿y a mí no me vas a decir nada por poner los platos?—no es justo, yo también estoy ayudando. Me siento terrible, a mí nunca me ha agradecido por ayudarle a poner la mesa. ¿Por qué tiene que ser tan amable con ese demonio?

—Jo, él es nuevo en esta casa, tú no. Así que ayudarme es tu responsabilidad, no un favor—aclara mi padre pero eso aún no calma la tempestad que ha quedado en mi pecho.

—¿Qué pasa hermanita? ¿Acaso estas celosa?—se burla de mí disimuladamente.

—¿Celosa yo? ¡Eso nunca!—nos miramos mutuamente con odio. Si en estos momentos nuestros ojos pudieran gritar se dirían las peores groserías escritas sobre la tierra, así de enorme es nuestro desprecio.

—Ya chicos, no vamos a discutir por eso. Gracias a ambos por ayudar, ahora concéntrense en lo que están haciendo antes de que llegue Larissa—nos interrumpe papá nervioso de que arruináramos la bienvenida de la mamá de Hades. La puerta se abre y se escuchan unos pasos en la sala. Larissa aparece con una sonrisa en el rostro al ver que todos estamos sentados como una familia feliz. Nos vemos tan tranquilos y pacíficos que hasta parecemos sacados de un retrato familiar de esos tan perfectos que vienen en los marcos de las tiendas. Hades se levanta y abraza a su madre, en ese pequeño instante puedo ver desde mi asiento sus ojos brillar. Creo que he visto una parte de él que jamás había mostrado antes, tal parece que ese dios del infra mundo aun tiene un corazón.

—¡Mamá!—exclama.

—Mi pequeño gigante, ¡mira que mucho has crecido! ¡Ya eres todo un hombre!—los ojos de ella se llenan de lágrimas instantáneamente al abrazarlo. Debe de haber sido muy difícil para ellos estar tanto tiempo separados. —Te prometo que todo va a ser diferente ahora, te prometo que voy a tratar de trabajar menos para pasar más tiempo cuidando de ti—acaricia sus brillantes rulos con una sonrisa.

—Y yo trataré de no meterme en problemas de nuevo. Ven siéntate con nosotros antes de que la comida se enfríe—señala la mesa y luego hala uno de los asientos cómo todo un caballero para que se Larissa se siente. Comenzamos a comer y nos servimos un poco de pavo y jugo. Papá si en algo es demasiado bueno es en la cocina, ¿ya lo he mencionado antes? Es tan grandioso cocinero que hasta trabaja como master chef en un restaurante de comida italiana en el cual la señora Larissa es la gerente general. Fue ahí donde se conocieron y comenzaron a salir. Aunque al principio papá se quejaba de que ella era muy estricta al final terminó derretido por sus hermosos ojos verdes.

Mi hermanastro es un idiotaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora