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El sonido de un carruaje y caballos interrumpió los sueños de la peli plateada, Rashta. Algo molesta, se levantó de la cama, arrugando su frente.
Hacen tanto ruido, interrumpieron mi siesta - pensó Rashta, mirando por el ventanal para ver quién había llegado a estas horas del día -
Un gran carruaje se encontraba en la entrada del palacio. Era tan imponente que se necesitaban seis caballos negros grandes para moverlo. La curiosidad de Rashta se despertó. ¿Quién podría estar llegando con tanta pompa y circunstancia?
En la entrada del palacio se encontraban Sovieshu y Theia, ambos parados uno al lado del otro. Del carruaje bajó una mujer imponente cuya mirada resultaba verdaderamente intimidante. Al ver a ambos pelinegros, se dedicó a caminar hacia ellos.
Rashta, intrigada, preguntó a una de las mujeres que trabajaban como sus damas de compañía
¿De quién se trata? - La dama miró por el ventanal y rápidamente cerró las cortinas con nerviosismo, alejando suavemente a la peli plateada del ventanal - ¿Por qué cerraste las cortinas? Rashta quiere saber quién es esa mujer
Se trata de la gran emperatriz viuda de nuestro imperio - La doncella respondió en un susurro tembloroso mientras cepillaba el cabello de Rashta -
Rashta susurró con curiosidad, "¿La gran emperatriz viuda?"
Es la abuela de su majestad el emperador y su alteza la princesa Theia - La doncella respondió en voz baja -
La expresión de sorpresa en el rostro de Rashta era evidente. El emperador nunca mencionó a sus padres, y mucho menos a una abuela. Tampoco mantenía una buena relación con la princesa para estar al tanto de esos detalles.
¿Dónde ha vivido todo este tiempo? - preguntó Rashta -
Reside en el continente de Hwa, pero después de la coronación del emperador se trasladó a vivir a Luipt - reveló la asistente -
¿Por qué habrá decidido regresar ahora?-Penso para sí misma, mientras miraba su reflejo en el espejo que tenia en frente -
. . . .
La hermosa mujer de ojos verdes y cabello canoso sonrió al ver a sus dos nietos después de tanto tiempo. Sovieshu y Theia se inclinaron en forma de reverencia.
Es un gran placer verte de nuevo, abuela - dijo Theia, inclinando su cabeza. Sovieshu besó el dorso de la mano de la mujer mayor -
Déjense de formalidades conmigo, son mis nietos - sonrió la mujer, acariciando las mejillas de ambos - Bien, quiero tener un momento con ustedes en un lugar más privado
Oh, claro, abuela. Por favor, sígueme. Te guiaré personalmente a tu habitación - ofreció Sovieshu, extendiendo su brazo izquierdo para que la mujer mayor lo tomara. El agarre en su brazo no fue tan fuerte, ya que con una mano estaba aferrada a su brazo y la otra tomaba la mano de Theia -
