Darío
Mi cuerpo se encuentra repleto de una sensación de paz y confort como hace mucho tiempo no lo hacía. Que rico se siente el calor que emana el cuerpo que tengo abrazado, pegado a mi torso. Su aroma es suave, floral. Percibo que la respiración de Julia es profunda, lo que me indica que sigue profundamente dormida, ni siquiera el ruido de la alarma de mi celular, la cual anuncia que son las ocho de la mañana logra despertarla. Y no es para menos, en la madrugada, después del segundo polvo que tuvimos quedo noqueada, sólo fue cuestión de que cerrara los ojos en tanto su respiración se calmaba para quedarse plácidamente dormida. Por un momento me asusté, de hecho, pensé que se había desmayado, pero al ver que respiraba regularmente, note que se había perdido en un sueño profundo e instantáneo. Por mi parte, sólo fui al baño un momento y después me metía a la cama, acomodándome de lado para dormir y no me enteré en que momento ella se fue pegando a mi cuerpo encajando perfectamente bien cada una de sus curvas en mi torso.
No recuerdo cuando fue la última vez que dormí con alguien de esta manera; creo que la última persona fue Elizabeth, pero son recuerdos que no quiero tener en este momento. No quiero amargarme esta sensación tan deliciosa que hace que me resista a salir de la cama, pese a que tengo que atender los mensajes que me están llegando a mi celular.
Muy a mi pesar me levanto de la cama, obviando la erección matutina que, precisamente hoy está más que puesta para continuar con la acción de la noche. Si por mi fuera, restregaba mi falo duro en ese culito delicioso que momentos antes tenía pegado a mi miembro, pero quiero cerciorarme primero si es que Julia está en condiciones de seguir la faena; muy probablemente este adolorida y no quiero que sea incómodo para ella y mucho menos doloroso. No soy estúpido y por el nivel de presión que ejercía su coño en mi miembro, acompañado de ese complejo de no tener un cuerpo de señorita perfecto, me pude dar cuenta que tiene mucho tiempo que no ha tenido sexo con alguien. Es algo que tengo que averiguar.
Es curioso como las mujeres pueden acomplejarse con algo tan absurdo, como es un poco de piel de más en ciertas zonas, además, las estrías que ella percibe como grotescas, son líneas blancas casi imperceptibles. ¿Por qué hacen eso las mujeres? No lo entiendo. Más de una ocasión me he topado con chicas que hacen algún tipo de observación referente a tu cuerpo, pero en realidad es un truco para recibir cumplidos y con esto alimentar su ego; con Julia fue diferente, realmente sentí su vergüenza, lástima que ella no pudiera sentir lo que me pone, bueno, creo que se lo deje claro en el segundo polvo.
-¿Ya te diste cuenta cuanto me gustas? – Mis manos afianzan sus caderas, en tanto bombeo fuerte en su interior, aumentando la penetración incorporándome en la cama poniéndome de rodillas frente a ella, en tanto ella sigue acostada en la cama con las piernas abiertas para mi.
-Si ... -Entre jadeos y gemidos medio me responde.
-Si ¿Qué? ...
-Si me queda claro... AH
El recuerdo de esa pequeña conversación regresa a mi cabeza, en tanto me llevo a la boca la taza de café que me he preparado. No puedo evitar que me surja una sonrisa de pura satisfacción. Espero que con eso baste para que tenga claro lo mucho que me gusta, y si no es así, me veré en la obligación de volvérselo a demostrar.
Sigo respondiendo mensajes del trabajo, alternando con sorbos a mi taza de café, sentado en una de las sillas altas de la barra de la cocina, cuando en mi vista periférica aparece la silueta de una mujer muy antojable, con el cabello largo de risos alborotados, vestida con una de mis camisas negras, medio abotonada, debajo de esa tela me apuesto a que sólo tiene el tanga puesto. Mi verga hace lo propio y eso es: levantarse a saludar. ¿Cómo no lo ha de hacer? Si esta gatita sexy se merece esas cortesías y más.
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JULIA
RomanceJulia, una mujer de 38 años enfrascada en un rutina diaria muy aburrida y estresante, cosa común para una mujer divorciada y madre soltera. Afortunadamente, tiene un grupo de amigos que la obligan a salir de ese circulo vicioso y aburrido poniéndola...