Conocer

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Harry gruñó con frustración, cruzando los brazos sobre su pecho mientras miraba el reloj con impaciencia.

—Si no viene dentro de dos minutos, nos iremos —dijo con firmeza, su voz teñida de irritación.

Megan suspiró, tratando de calmar los ánimos. —Amor, apenas son las cuatro de la tarde —intentó razonar.

—Y a esta hora quedamos, y está siendo jodidamente impuntual —respondió Harry, su tono reflejando su creciente irritación ante la tardanza de su cita.

El ambiente estaba cargado de tensión mientras Harry y Megan esperaban en el lugar acordado. Había pasado una semana desde que decidieron que Harry conocería a Louis y daría una respuesta definitiva a la propuesta de Megan.

Finalmente, una figura se acercó a su mesa, y Harry sintió un nudo en el estómago al reconocer que posiblemente ese era Louis.

Y definitivamente Harry no pudo evitar notar la apariencia de Louis mientras lo observaba. No era feo, definitivamente era un hombre bastante atractivo. Joven, no pasaba de los veintitantos, con cabello castaño casi dorado y unos ojos azules que parecían capturar la luz del sol.

—Hola, Megan. Lamento la demora —repitió Louis con una sonrisa amable, dirigiéndose a Megan, quien respondió con un gesto de cabeza.—Tu debes ser Harry, es un gusto —añadió Louis extendiendo su mano, pero la respuesta fue solo un asentimiento frío.

Harry mantuvo sus manos firmemente sobre la mesa, reprimiendo el impulso de estrechar la mano extendida de Louis. Su mirada se encontró con la de Louis por un momento, y aunque su sonrisa seguía siendo amable, Harry notó un destello de incomodidad en sus ojos.

—¡Toma asiento, Louis! —dijo Megan, tratando de romper la incomodidad que envolvía la mesa con un tono más animado. Louis asintió con gratitud y se sentó frente a ellos, aunque todavía podía sentir la frialdad en el aire.

Harry se esforzó por mantener una actitud neutral mientras Louis tomaba asiento, pero su mente seguía llena de dudas y preocupaciones sobre lo que vendría después de esta reunión.

Louis se acomodó en su silla, tratando de aliviar la tensión con una pequeña charla.

—Así que, ¿cómo han estado? —preguntó, su voz intentando ser ligera a pesar del ambiente tenso que los rodeaba.

Megan respondió con una sonrisa forzada. —Bien, gracias. Solo esperábamos con ansias conocerte, Louis.—

Harry permaneció en silencio, observando a Louis con una mezcla de curiosidad y cautela, preguntándose cómo sería interactuar con él fuera de esta situación tan inusual.

Megan jugueteó con su servilleta antes de hablar, su voz apenas un susurro cargado de vulnerabilidad.

—Desde que me confesaste que haces tríos, no he podido dejar de pensar en ello —admitió con sinceridad, mirando fijamente a Louis, quien asintió comprensivamente

Louis asintió con una sonrisa relajada, entendiendo el tono más informal que Megan y Harry estaban buscando.

—¡Oh! La idea de los tríos puede ser muy emocionante, ¿verdad? ¡Es como tener una aventura extra sin salir de la relación! Pero siempre es importante establecer límites claros y comunicarse mucho. No queremos que las cosas se pongan incómodas, ¿verdad? —comentó Louis con un guiño.

Megan asintió con entusiasmo, agradecida por el tono más ligero de Louis.

—Exactamente, es como una aventura extra sin tener que romper las reglas —exclamó, con una risa nerviosa.

—bueno, díganme cómo es que quieren comenzar... —dice Louis, pero Harry habla primero.

—No hemos tomado una decisión. —Responde Harry, con un tono un poco más serio y una mirada que refleja su incomodidad.

—¡Uh, disculpa, grandulón! Me disculpo. Cuéntame más de ti, ya sé mucho de Megan. —Continúa Louis, intentando romper la tensión con una broma, aunque puede notarse que su gesto no es del todo bien recibido por Harry.

Harry habló con firmeza, su tono reflejando su determinación.

—No debes saber nada de mí, si llegamos a hacer esto será solo de una vez y pondremos reglas —dijo, enfatizando la importancia de establecer límites claros y únicos para esa posible experiencia, dejando en claro que no estaba dispuesto a comprometer su relación por algo incierto.

Louis asintió con una sonrisa, intentando aligerar el ambiente.

—¡Vaya, vaya, parece que tienes todo planeado! Pero no te preocupes, Harry, soy todo oídos y estoy aquí para cumplir tus reglas, incluso si eso significa no hablar de cómo te gustaría que cocinara la cena para ustedes dos —dijo Louis con un guiño y una sonrisa, tratando de añadir un toque de humor a la conversación.

Harry mantuvo su postura firme, su tono aún serio. —No cocinarás jodidamente nada.—

Louis soltó una risa suave ante la respuesta de Harry. —Oh, pero tengo un pequeño atuendo de cocinera que posiblemente les agrade... —bromeó, tratando de aligerar la atmósfera con un toque de humor

Megan se mordió el labio, ligeramente excitada ante la imagen mental que se formó en su mente ante la provocativa sugerencia de Louis. Un rubor se apoderó de sus mejillas mientras su mente divagaba por los posibles escenarios.

—Podría cocinarles— continuó Louis con una mirada traviesa. —
luego me tomarías sobre la mesada mientras yo penetro a Megan, al estilo cadena... ¿o qué tal si hacemos una doble penetración a Megan? No sé qué es lo que más les gustaría..— añadió, su tono cargado de insinuación mientras pasaba su lengua por sus dientes con una expresión sugerente.

El comentario de Louis dejó a Megan sin aliento, su mente en un torbellino de emociones y pensamientos. Su corazón latía con fuerza mientras imaginaba las posibilidades sugeridas por Louis.

Harry frunció el ceño ante la provocación de Louis, sintiendo cómo la incomodidad y la ira se arremolinaban en su interior. No estaba seguro de cómo reaccionar ante la audacia del hombre sentado frente a él.

Harry habló con una firmeza que no dejaba lugar a dudas, su tono cortante y decidido.

—Tú no vas a penetrar a nadie, y nadie te va a penetrar a ti. No vas a estar dentro de mi novia —declaró, su mirada fija en Louis con una determinación que no admitía discusión. La tensión en la mesa era palpable mientras esperaba la reacción de Louis ante sus palabras.

—Y entonces, ¿qué es lo que puedo hacer? ¿Tal vez sexo oral?— propuso Louis.

Harry gruñó, dirigiendo su mirada a la cara de su novia, notando así su expresión de excitación en su rostro.

—Tal vez, quizás a Megan... yo-no.—dijo Harry, enfatizando su incomodidad.

Louis arqueó una ceja, notando la tensión en el aire. —¿No te gustan las mamadas, grandulón?— preguntó, tratando de mantener el tono ligero.

—No me gustan los hombres.— gruñó Harry con firmeza.

—Tu quédate tranquilo que tu pene se pondrá duro mientras me tengan desnudo en su cama— añadió Louis con una sonrisa desafiante, provocando aún más la incomodidad de Harry.

TRIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora