-Hola, grandulón -dice Louis, dejando un beso en la mejilla de Harry mientras pequeños copos de nieve caen de su abrigo.
-Hola -gruñe levemente Harry, notando cómo la nariz de Louis se ha puesto roja por el frío.
-¿Estás bien? -pregunta Louis, sacudiéndose la nieve del abrigo antes de colgarlo y quitándose los zapatos empapados.
-Sí... solo que va a ser mi primera vez con un hombre. Tú sabes -confiesa Harry en un susurro.
-No te preocupes, grandulón, imagina que soy Megan -intenta tranquilizarlo Louis con una sonrisa comprensiva.
-Ese es el problema, no quiero imaginarme a Megan -gruñe Harry, pasándose la mano por el cabello mientras ambos caminan hacia la cálida luz de la cocina.
-Bueno, entonces no pienses en Megan. ¿Ella ya esta aquí?-dice Louis suavemente.
Harry niega, respirando profundamente. -Todavía no, tenia un examen hoy. -
La cocina está bañada en la luz suave de las lámparas bajo los gabinetes, y el calor del horno. Fuera, la nieve sigue cayendo silenciosamente, cubriendo el mundo exterior con un manto blanco.
-¿Té? -pregunta Harry, mirando a Louis a través de la isla de la cocina.
-Si, gracias -responde el castaño.
El rizado pone a hervir el agua y saca dos tazas. El silencio entre ellos es cómodo, interrumpido solo por el suave burbujeo del agua y el ocasional crujido de la leña en el horno.
-Louis, gracias por ser tan comprensivo -dice Harry, su voz todavía baja pero firme.
-Harry, no tienes que agradecerme. -responde Louis, girando para ofrecerle una sonrisa cálida.
Las palabras de Louis parecen calmar a Harry, quien asiente y esboza una pequeña sonrisa, sintiendo cómo la ansiedad comienza a disiparse un poco. El agua comienza a hervir, y el sonido llena la cocina mientras Harry prepara el té.
-Gracias -dice Louis, con una sonrisa agradecida cuando Harry coloca la taza de té caliente frente a él.
Ambos sostienen sus tazas, dejando que el vapor caliente les acaricie las caras. Por un momento, se quedan en silencio, disfrutando del calor que se extiende.
-Es extraño, ¿no? -dice Harry de repente, rompiendo el silencio mientras mira su propia taza. -Todo esto me parecía tan complicado antes, pero ahora que estoy aquí, siento que... todo está bien.-
Louis asiente. -Sí, a veces construimos muros en nuestra mente que parecen insuperables. Pero cuando encontramos la persona correcta, esos muros no parecen tan altos.-
Harry mira a Louis. -Louis, no sé cómo lo haces, pero siempre logras hacer que las cosas parezcan más simples. Estoy realmente agradecido por eso.-
Louis sonríe, dejando su taza sobre la mesa y extendiendo su mano sobre la de Harry. -Harry, más que simplificar las cosas, creo que lo importante es enfrentarlas de frente. No importa lo complicado que sea el camino, lo importante es no darte por vencido.-
El calor de la mano de Louis es reconfortante, y Harry siente una oleada de alivio y felicidad, y quizás también algo más profundo: un deseo carnal y mundano que se extiende como un veneno dulce por sus venas. La cercanía y el gesto simple de Louis despiertan en él sensaciones que había temido y deseado al mismo tiempo.
-Es raro -susurra Harry, luchando brevemente con sus pensamientos antes de dejarlos fluir-, esta mezcla de calma y... urgencia que siento.-
Louis aprieta suavemente la mano de Harry, ofreciéndole una ancla en el torbellino de sus emociones. -Es natural sentirse así, especialmente cuando es algo nuevo y significativo para ti. No tienes que temer a esos sentimientos, ni luchar contra ellos.-
-¿Me dejas besarte? Solo... un beso, antes de que Megan llegue -susurra Harry, tan despacio y tan suave que cree que Louis no lo ha escuchado.
Louis mira a Harry, leyendo la seriedad y la vulnerabilidad en sus ojos. Por un instante, el tiempo parece detenerse en la cocina, con solo el suave zumbido del refrigerador y el chisporroteo ocasional del horno de fondo.
-Claro, Harry -responde Louis con suavidad, su voz apenas un murmullo. Se inclina hacia adelante, cerrando el espacio entre ellos con cuidado, respetando la magnitud del momento para Harry.
El beso es suave y exploratorio, un roce ligero que habla por si solo. Harry siente cómo el calor se difunde por su pecho, un calor que va más allá del tacto físico, llenándolo de una emoción intensa pero dulce.
Cuando se separan, ambos tienen los ojos brillantes, conscientes de que han cruzado un umbral diferente. Harry sonríe, un poco tímido pero visiblemente más relajado.
-Gracias, Louis. Eso fue... más de lo que esperaba -dice, su voz aún baja pero llena de una nueva confianza.
-Siempre que necesites, Harry -responde Louis, y ambos saben que no solo habla del beso, sino de cualquier cosa que Harry necesite explorar o entender. En ese pequeño acto, no solo se ha confirmado un deseo, sino que se ha fortalecido una conexión profunda entre ambos.
Justo en ese momento, mientras el eco del susurro de Louis aún flotaba en el aire, la puerta se abrió con un estruendo. Megan irrumpió en la habitación, su energía desbordante llenando el espacio al instante. Llevaba el cabello despeinado por la emoción y los ojos le brillaban con una mezcla de alivio y euforia.
-¡Aprobé el puto examen! -gritó, agitando unos papeles en el aire. Su voz resonaba con una alegría incontenible. -¡Necesito jodido sexo para festejar!-
Harry y Louis se apartaron rápidamente, sus rostros pasando de la sorpresa al alivio de que su momento no hubiera sido descubierto. Megan, completamente ajena al tenso silencio que había precedido su entrada, dejó caer su bolso y los papeles sobre la mesa de la cocina, todavía riendo y respirando con dificultad por la emoción.
-¡Dios, no puedo creerlo! -continuaba Megan, revolviendo su bolso en busca de algo. Finalmente sacó una pequeña botella de champaña. -Tenemos que celebrar, ¡esto merece una buena bebida!-
Louis sonrió, agradecido por la distracción mientras ayudaba a Megan a encontrar copas en el armario. Harry, por su parte, aprovechó el momento para recomponerse, ajustando su camisa y su cabello en un gesto nervioso pero disimulado.
-Déjame ayudarte con eso, cariño -dijo Louis, tomando la botella para abrirla con cuidado.
El sonido del corcho al ser liberado de la botella llenó la cocina con una nota de festividad. Megan reía y aplaudía, completamente ajena a la montaña rusa emocional por la que Harry y Louis acababan de pasar.
-A por grandes logros y buenas noches -brindó Megan, alzando su copa.
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TRIO
FanfictionLa vida de Harry y Megan parecía sacada de un cuento de hadas moderno. Con casi cuatro años de relación, su amor parecía inquebrantable, su complicidad innegable. Jóvenes y llenos de sueños, el mundo parecía estar a sus pies, sin mayores preocupacio...