Capítulo 20: ¿Sinceridad o mentira?

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Ambos llegan a la escuela, dejando a Amanda un poco más lejos para que no sospechen de ellos y camina hacia la escuela con una sonrisa risueña, la cual desaparece al escuchar una voz familiar.

—¡Amanda! —llamo Regina.

Amanda gira los ojos y detiene su andar para tomar aire. Se gira y mira a Regina.

—Hola —saludo con su apatía de siempre.

—Uy, no me extrañes tanto —la toma del brazo y la acerca a ella—. ¿No has tenido tiempo de contestarme verdad? ¿Martin no te deja sola ningún momento? ¿Se pone celoso? O ¿Te deja tan cansada después de—

—Nada de eso —interrumpió rápidamente—. ¿No has pensado a veces que simplemente necesito un respiro?

—¿Un respiro? ¿De mí? Pero si soy adorable.

Amanda suspira para sus adentros y entran a la escuela.

—¿Acaso no vienen a dejarte? ¿Te hacen caminar desde su casa? —dice en un tono más bajo.

—¡Amanda! —saludo Martin desde lejos.

A pesar de haberlo visto hace relativamente poco, sintió como su corazón se aceleró rápidamente al verlo acercarse a ella.

—Vete —ordeno Amanda.

—¿De qué hablas? Me muero por saber—

—¡Largo! —repitió irritada.

—Bueno, bueno.

Martin llega hasta ellas y las saluda.

—Buenos Días, chicas. Cuanto tiempo ¿No? —pregunto al guiñarle el ojo y ella desvió la mirada.

—Apuesto a que si —contesto Regina con un tono provocador—. Bueno, tengo cosas que hacer. Te veo después —dijo despidiéndose de Amanda.

Amanda no la miro, seguía apartando la mirada. Parecía molesta, pero en realidad trataba de tranquilizarse antes de volver a verlo a los ojos.

—¿Peleaste con ella? —pregunto curioso.

—No —respondió secamente y avanza sin mirarlo.

En ese momento, Paula llega y los mira en la entrada de la escuela.

Martin no entiende su indiferencia y la toma de la muñeca. Amanda se estremece y aparta su mano rápidamente mientras apresura su paso. Él le preocupa y se apresura a alcanzarla.

Paula intenta alcanzarlos, pero es interceptada por las amigas de Rosa y no la dejan irse.

Amanda corrió hasta la parte de atrás de la escuela, respirando agitadamente, tratando de regular su respiración.

—¿Qué me pasa? ¿Qué pasa? ¡¿Qué pasa carajo?! —Se reprimía así misma en su cabeza.

Escucho que Martin se acercaba así que se colocó detrás de un pedazo de pared que sobresalía, dándole la espalda a la pared. Él llega y logra ver que se esconde ahí, así que se acerca lentamente.

—¿Amanda? ¿Estás bien? —pregunto preocupado.

Amanda seguía tratando de tranquilizarse con un mano en su pecho, viendo como este subía y bajaba mientras podía sentir su corazón palpitar rápidamente.

—No te acerques —logro decir entre su cansancio.

—Sabes que no debes de correr o hacer mucho ejercicio. Te altera demasiado y—

—¡Lo sé! —alzo la voz—. Lo se... —dijo eso más calmada.

Martin se acerca la suficiente y se recarga en la pared contraria a la de Amanda.

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