Capítulo 35: Distancia

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Martin y Amanda se miran mutuamente para posteriormente reír ante el comentario de Paula.

—¿Qué? —Paula no entiende su reacción y mira incrédula.

—¿De dónde sacaste eso? —pregunto Martin aun riendo.

—Bueno... Tu —lo señala—. Hubo un par de veces que los vi actuando de manera... Extraña, parecía que Amanda te temía y luego... Escuché como la amenazabas el otro dia atrás de la escuela.

Amanda reconoce de que está hablando y desvía la mirada avergonzada.

—Mierda —empuja a Martin—. Eso te pasa por hacer imprudencias en la escuela, idiota.

—Je, no te quejaste ese dia —sonríe burlón.

Amanda se estremece y lo mira molesta. Respira hondo y dirige su vista hacia Paula.

—No, no estoy secuestrada, amenazada o algo parecido —sonríe para calmarla.

—Pero... Estas en su casa ¿Verdad? ¿Por qué? —cuestiona.

—A—Ah... —Amanda duda en hablar—. Yo... —suspira—. Supongo que no pierdo nada que lo sepas —mira a Martin—. Después de todo... Eres mi amiga, reconoce.

Amanda le cuenta toda la historia desde que comenzó, junto con el plan que había hecho con Regina tiempo atrás, pero claramente omitiendo todas las escenas intimas con Martin.

—Martin si me retuvo un tiempo contra mi voluntad... Pero era porque realmente no tenía a donde ir —reconoce—. En realidad, el me ayudo —toma su mano tiernamente.

Martin la acerca a su boca y besa su mano.

—Acaso... —observa incrédula.

Amanda aparta rápidamente su mano y se cruza de brazos.

—N—No —responde rápidamente.

—Aun, esa es una mejor respuesta. Aun no —responde Martin juguetón.

—¡Sigue hablando así y te aseguro que no volverás a reírte de mí así! —amenazo mientras le golpea levemente la espalda.

—Si, si, lo que digas —sonríe.

Amanda para y desvía la mirada de él.

—Entonces... ¿No estás en peligro? —pregunto para cerciorarse.

—Te lo dije —hablo Santiago, quien estaba de brazos cruzados.

Amanda suspira y se levanta para sentarse junto a ella.

—No, Pau. Estoy bien, Martin y su mayordomo han cuidado de mí, mejor de lo que podría desear —reconoce risueña.

—Pero de todas maneras es inaceptable —alza la voz molesta.

Amanda la mira confundida.

—No puedes vivir con Martin... Quiero decir —piensa su respuesta—. Son un hombre y una mujer... Si viven juntos es cuestión de tiempo para que...

Amanda aparta la mirada, mientras se pone roja. Martin solo ríe apenado.

—Paula —le hablo Amanda por lo bajo.

—¡Oye! No voy a dejar que sigas viviendo con él. No, no, no —le sujeta las manos—. Hablare con mis padres y te vendrás a vivir conmigo —sonríe.

Amanda la mira sorprendida y posteriormente le sonríe.

—Gracias.

—¿Qué? ¿Es en serio? —cuestiono Martin.

—Oye —Santiago le hace señas y ambos se alejan.

—Espera —llamo Paula y ambos la miran—. Si descubro que le hiciste daño —entre cierra los ojos—. Te mato.

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