Capítulo 30: Caída en picada

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Por otro lado, Paula se encontraba con Rosa y las demás chicas.

—¿Dónde está Amanda? No la vi en el salón —dijo una de las chicas mientras comía.

—¿No lo sabes? Fue suspendida por pelearse con una chica de primer año.

—¡Ja! No me sorprende —dijo Rosa desinteresada.

—Hacía mucho que no se peleaba, pero ¿Cuántos reportes lleva ya?

—Seguramente a la próxima la expulsan.

—Yo creo que no volverá a pasar —comento Paula algo insegura e incómoda.

—Lo siento, Pau. Hablamos sin pensar.

—Está bien —responde sonriente.

—Sin embargo, esta es tu oportunidad para acercarte a Martin, Rosa —dijo una de las chicas.

Rosa la mira alzando una ceja.

—Sí, Amanda estuvo con él durante las últimas semanas.

Rosa se irrita tan solo lo mencionan.

—Pero solo son amigos —intervino Paula, pero de todas formas no estaba del todo segura.

—¿Los amigos se besan en la frente? —insinuó una de las chicas.

Todas las chicas se sobresaltan y gritan ante el comentario.

—¿De que estas hablando? —pregunto Rosa.

—Mi prima estaba comiendo por ahí ayer con sus amigos y me dijo que después de la pelea, ambos se acercaron y él le beso la frente —relata.

Rosa se enfada y bufa.

—¿Martin está saliendo con esa? —mira a Paula—. ¡Tú dijiste que eran solo amigos! —alzo la voz furiosa.

—¡Hasta donde tengo entendido, es así! —se defendió mientras se escondía entre hombros.

—Rosa no puedes culparla de esto —defendió una de las chicas.

—Así es, puede que Amanda no le haya dicho nada aun —comento otra de las chicas.

Rosa respira hondo y se calma.

—Resolveré esto ahora mismo —dice levantándose de la mesa.

—Pero ya casi se acaba el almuerzo, además no sabes dónde está.

—Es cierto, el día de ayer nadie lo encontró, aparentemente se está escondiendo.

Rosa bufa.

—Muy bien, lo hare mañana. No me despegare de él hasta tener una respuesta —se impuso y volvió a sentar.

Llego la hora de la salida y Martin salió rápidamente de la escuela para esperar a su mayordomo, mientras que Paula fue a buscar a Santiago.

—¿Estuviste hoy con él? ¿Qué te dijo? —pregunto impaciente.

Santiago suspira, odia mentirle.

—Solo habla de sus cosas, no suelta nada. No quiero insistir porque temo que lo vea hostil y pierda esta oportunidad.

—Han pasado semanas —dice enojada.

—Semanas en las que se las paso con Amanda, apenas han pasado dos días con él, no creo que suelte la lengua tan fácil.

Paula bufa.

—Mañana Rosa quiere enfrentarlo, por lo qué paso con ella el día que la suspendieron.

—Dudo que lo pueda encontrar —dice confiando.

—¿Dices eso porque no quieres que lo encuentre? —pregunta desconfiada.

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