Capítulo 22: Celos

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—¿Quién? —pregunto Amanda extrañada.

—Jorge, un chico de primer año —comento una chica que había ido al salón de Amanda—. Quiere... verte en la parte de atrás de la escuela para decirte algo —dijo con cierta pena.

Las chicas en el salón hicieron ruido al escuchar eso, ya que sabían para que era. Amanda solo muestra una mirada desinteresada y asiente.

—Está bien, pero dile que llegue puntual. Odio esperar a la gente.

—S—Si —la chica sale del salón al escuchar eso.

—¿De verdad vas a ir? —pregunto Regina.

—No será la primera ni la última vez que me pasen estas cosas, es mejor rechazarlo en privado que enfrente de todos aquí.

—¿No estas siendo muy considerada últimamente con la gente? —insinuó Regina.

—¿Tú crees? ¿Quieres ver que tan cruel puedo ser con la gente que me irrita? —respondió Amanda amenazadoramente.

—N—No, solo decía —desvía la mirada y va hacia su lugar.

—Pero ni siquiera lo conoces, ¿cómo estas tan segura de que eso es lo que quiere hablar contigo? —pregunto Paula inocentemente.

—La otra razón que se me ocurre es para tenderme una trampa o hacerme quedar en ridículo con sus amigos, prefiero creer que no es eso.

—Supongo que tienes razón... Pero ¿Estará bien que vayas? ¿No te meterás en problemas?

—¿Problemas por qué?

—N—No lose... Tu dime —dijo Paula sugiriendo algo.

—No pues... No haremos nada malo, Pau. Tampoco es como que vayamos de antro o salgamos de la escuela juntos, es solo una "inocente" charla —aclara.

Paula asiente, ella temía que relacionarse con más hombres le traería más problemas con Martin. Así que decidió seguirla en cuanto sonó el timbre del receso.

Amanda le da su almuerzo a Regina y le dice que ira en cuanto termine. Ella se apresura, porque desea acabar con esto lo más rápido posible y Martin la ve bajar las escaleras con prisa.

—¡Amanda! —la llama y ella lo mira.

—No tengo tiempo, tengo prisa. Al rato hablamos —dijo con normalidad.

Su relación era más amable y menos tosca, Amanda había decidido que él no era una mala persona, después de todo la estaba ayudando en todo lo que podía y dejo de ser tan hostil con él.

Martin se sobresaltó, sabía perfectamente que tenía almuerzo porque lo preparo anoche y que no podía ir a la cafetería. La ve caminar con cierta velocidad hasta la parte de atrás de la escuela, así que sabía que esa prisa era por alguien y no por algo.

Una rabia indescriptible lo rodea por su cuerpo, así que decide seguirla, en ese momento Paula lo ve y tiene un mal presentimiento, confirmando sus sospechas.

Amanda llega y se coloca hasta la otra punta, la vista hacia el comedor era tapada por otra columna de ladrillos, así que no podrían ver lo que estaría pasando ahí. Ella mira la pared, recordando lo que paso tiempo atrás en ese mismo lugar, sintiendo como su corazón se aceleraba y su respiración se agitaba.

—Quizás debí pensar en otro lugar —pensó avergonzada.

Se quedó un par de minutos mirando aquella pared, hasta que escucha que alguien más llega con la respiración agitada, se trataba de Jorge, el chico que la cito.

Amanda retuvo un suspiro al escucharlo llegar y lo soltó silenciosamente, sintiendo alivio.

—Me alegra saber que hiciste caso a mi pedido. No quiero perder más mi tiempo —hablo desinteresada.

Cadena de MentirasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora