Capítulo 8: ¿Esto es real?

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Amanda abre los ojos lentamente, al ver claramente, se incorpora con rapidez y examina el lugar.

—¿Dónde?... —intenta pararse, pero un dolor intenso en su cuerpo se lo impide.

Amanda soltó un quejido ante el dolor, y fue entonces que por la puerta entra Martin.

—¿Qué haces? No te levantes —impuso mientras se acercaba.

Amanda lo mira espantada, ahora no solo se encontraba en un lugar totalmente desconocido para ella, sino que se encontraba con la persona que menos quería ver en estos momentos.

Instintivamente iba a lanzar una mueca de desagrado, pero rápidamente se transforma en una de dolor por una molestia en su cabeza.

—Recuéstate —indico mientras la recostó nuevamente en la cama.

—M—Martin... —lo miro indefensa y resignada mientras suspira—. ¿Q—Qué hago aquí? O... Más bien ¿Dónde estoy? —pregunto con timidez.

—No... ¿No recuerdas lo que paso? —pregunto asombrado.

Amanda lo mira confundida e intrigada por la pregunta, al poco tiempo, imágenes sobre la noche anterior inundaron su cabeza.

Amanda se encontraba discutiendo con su madre en la sala, aparentemente porque no había dinero suficiente para sus vicios.

—¡¿Cómo que no hay dinero?! —alzo la voz molesta al mismo tiempo que le lanzo un libro que se encontraba cerca.

Amanda se hace a un lado para evitar el manuscrito.

—L—Lo siento... —juega con sus manos—. Necesito dinero para pagar la escuela —pauso mientras tomo fuerzas para seguir hablando—. Además... no me alcanza con lo que gano en mi trabajo de medio tiempo.

—¡Entonces trabaja tiempo completo! —exigió.

—Pero... ¿Mis estudios? —refuto Amanda asombrada.

—¡Me importa una mierda tus estudios! —toma una botella de cerveza y la lanza hacia Amanda.

Amanda no logra esquivarla, colocando su brazo para cubrirse lo más que podía. Lastimosamente, sufriendo cortes por los pedazos de vidrio rotos.

—¡Es más, ni siquiera me importas tú! —se lanzó hacia Amanda, tirándola al suelo.

Amabas forcejearon un poco, mientras su madre seguía insultándola y gritándole.

—¡Por tu culpa no hay dinero! Por su culpa estamos como estamos ¡Por tu culpa tu padre está muerto!

Amanda sintió un nudo en la garganta cuando escucho decir esa última frase, con los labios temblorosos y con muchísimo miedo, trago saliva para juntar la fuerza y valentía suficiente para zafarse de esa situación.

Empuja a su madre para quitarse de la encima, no sentía las piernas debido al miedo, así que intento gatear hasta la puerta de salida, incrustándose infinitos trozos de vidrios por todo el cuerpo.

En ese momento, su madre toma otra botella del suelo y la golpea en la cabeza.

—¡Lárgate! ¡Mi vida es mucho mejor sin ti!

Mareada, asustada y adolorida, Amanda se levanta con todas sus fuerzas y sale de su casa.

—Ahora lo recuerdo... —pensó mientras miraba con tristeza hacia un punto fijo.

—¿Amanda? —llamo Martin.

Instintivamente, Amanda se giró a mirarlo, este mostraba estar preocupado por ella.

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