Eryn estaba recargada contra el muro del enorme patio del árbol blanco, su mirada perdida en la lejanía y sus pensamientos vagos y confusos.
Eso había dolido, dolía aún más con el pesar de que Legolas se quedaría solo ya fuese que estuviera con ella o no.
Su pequeño hijo también, no lo sabía, ahora que lo pensaba, ¿Cuánto tiempo tendría Ander?.
Sacudió la cabeza, negándose a tener más pensamientos trágicos. Pero no pudo evitar que sus lágrimas se derramaran llevándose su fuerza y obligándola a caer de rodillas lentamente.
Le dolía el alma. No tenía a Namde, ni a Boromir, ni a Legolas siquiera, dudaba.
-¿Lady Eryn? -.
Ella frenó su llanto y sin voltear suspiró. El mago estaba tras ella en compañía de alguien más pues pudo escucharlo suspirar y luego susurrar algo que no entendió.
-Duele, por qué no es irreal, por qué es más grande de lo que imaginas. Un amor real duele como lo vives, mi joven dama -continuó Gandalf.
-Ven acá Eryn -le llamó Faramir acercándose a ella y tomándola por sus manos para ayudarla a ponerse en pie- No estás sola, ¿Recuerdas?.
Los labios de Eryn temblaron y Faramir de inmediato la tomó entre sus brazos para consolarla. Se hacía una idea del porque la muchacha estaba tan destrozada, pero para él, ella era lo más cercano a su familia ahora.
-¿Donde está ella ahora?, ¿Donde?, necesito de su consejo... -susurró Eryn.
Éowyn y Éomer subieron por la calle dirigiendo al castillo, pero al ver la escena se detuvieron. Éowyn se despidió de su hermano y tomó rumbo a donde estaba Eryn.
Una vez cerca Eryn pudo enterarse de su presencia, se apartó de Faramir y se miraron una a la otra con Éowyn.
Para sorpresa del mago, Eryn y Éowyn compartían un extraño parecido en ese momento, un aura de valentía y fuerza.
-Lady Éowyn -Eryn se apresuró a reverenciar a la joven princesa.
Sin embargo, ella no dijo nada y con elegancia se acercó hasta Eryn guiando su mano hasta sus heridas en la mejilla y barbilla de la joven sanadora.
Éowyn había escuchado el rumor de que hubo una madre que guerreó valientemente por su familia, pero no era suficiente con saberlo, su anhelo era conocerla, saludarla y ahora lo estaba haciendo.
-Refthela -susurró Éowyn en Rohiric.
Eryn aun sin entender se sintió conmovida por la reverencia que Éowyn le entregó después de lo dicho.
-¿Me dirías vuestro nombre? -pidió Éowyn- ¿Me permitirías conversar contigo y conocer a tu familia?.
-Sería un honor mi señora -contestó Eryn.
Éowyn se adelantó unos pasos.
-Gracias Faramir -dijo Eryn para luego abrazar rápidamente al hombre- Gandalf, mi señor. Sus palabras son certeras siempre, ¿Le molestaría si pido su consejo cuando lo necesite?.
-No dudes en venir a mi, Eryn hija de Miráz -.
Dicho esto Eryn se alejó tras Éowyn, sin saber que desde una ventana del castillo, el curioso enano, observaba a ambas damas partir en compañía una de la otra.
-✧-
-¿Tuviste miedo? -preguntó Éowyn mientras caminaban por uno de los muchos pasillos.
-Lo tuve, pero me alentaba el fervor de proteger a los que amo, el deceo de volver con ellos después de la batalla -contestó y de inmediato Legolas invadió su mente junto con su hijo y abuela.
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HEREDERO.
Fanfiction✧*。.。*♡ -Mami, yo soy feliz contigo y la abuela -dijo el niño y Eryn sonrió- pero si quiero a papá también. Eryn..... -¿Como pudiste ocultarme a mi hijo?, No merece estar contigo, tu le mentiras Eryn. Entregamelo, estará bien con los de su san...