..Los años pasan..
Dos años pasaron desde esa noche, Eryn recuerda aún esa mañana en la que despertó y se encontró sola en su lecho, despeinada y con marcas en su piel.
Le dolía recordarlo pues se había hecho de otra idea, pero en realidad no había sido como ella lo recordaba, ahora Eryn tenía una felicidad con ella y aunque no fuera un secreto, nadie sabía de dónde había aparecido.
—Eryn —Namde se acercó a ella quien estaba sentada distraída mirando hacia la ventana de la habitación— el tiene hambre.
Eryn volteó rápidamente mirando al pequeño acercarse en brazos de la abuela.
Eryn alargó sus brazos para recibirlo.
El pequeño niño de cabello dorado y ojos azules se acomodó entre los brazos de su mamá, soltando sus tiernos sonidos de bebé.
Ella lo sentó en su regazo le acarició el cabello apenas creciente con tanto sentimiento, pero sentimiento de temor.
Desde el norte se rumoreaba que la guerra se acercaba, el juego final estaba por empezar y Eryn no lo dudaba pues el anillo único había aparecido meses atrás, por ello se rompía la espalda atendiendo de noche, dedicando el día a su hijo y buscando mantenerse en forma por si debía pelear en la guerra.
No permitiría que a su hijo le tocaran un solo cabello dorado.
Sujetó su pequeño cuerpo para ponerlo frente a ella y besar su frentecita.
Eryn odiaba a Legolas por haberla abandonado sin despedirse o sin siquiera hablar con ella sobre lo que sucedió y ahora no quería verlo pues se había hecho la idea y conclusión de que Legolas solo jugó con ella.
Pero algo era cierto, es que Eryn ama a su pequeño hijo, el había sido fruto de aquella noche y Eryn se enteró un par de semanas después de aquello, se sintió profundamente herida, nunca renegó por el pequeño en su vientre pero decidió jamás incluir a Legolas en su vida ni en la de su hijo.
Dieciocho meses cargo a su hijito en su vientre, pues el era un verdadero elfo y los bebés elfo necesitan formar sus rasgos únicos por más tiempo de lo esperado. Eryn paso un duro embarazo pues su hijito se alimentaba fuertemente de ella y ella apenas pudo mantenerse tanto ella como él.
Después de que nació y creció durante esos seis meses hasta la actualidad, Eryn descubrió que su pequeño era un elfo Sindar en verdad, pero de ella había heredado cierto toque de debilidad, el dormía cada noche como todo bebé humano y se enfermaba como cualquier otro, pero eran mínimas las cosas que le sucedía a su hijito, pues su fortaleza era más grande.
Con tan solo seis meses sus sonidos tranquilizaban a Eryn y la hacían ser la persona más feliz de toda la tierra.
Eryn besó su mejilla derecha y se incorporó cargandolo.
—Te daré de comer, mi hojita —susurró caminando con el a la mesa.
Namde sonrió mirando a su nieta y bisnieto jugar de camino a servir su cena, curiosamente Ander había heredado los gustos de su raza y se negaba a comer otra cosa que no fuese frutas y agua natural.
Ander, Eryn lo nombró así pues según los libros de lenguas, en elfico su nombre es, heredero.
Pero nadie en Minas Tirith sabía el verdadero nombre del niño pues Eryn lo llamaba Hojita y ese nombre aprendió la gente.
—Refleja el radiante sol del norte en su cabello, sus ojos son tal cual océano y su espíritu es el de un príncipe —Namde halagó al bebé quien estaba acostadito con tranquilidad en su cunita.
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HEREDERO.
Fanfiction✧*。.。*♡ -Mami, yo soy feliz contigo y la abuela -dijo el niño y Eryn sonrió- pero si quiero a papá también. Eryn..... -¿Como pudiste ocultarme a mi hijo?, No merece estar contigo, tu le mentiras Eryn. Entregamelo, estará bien con los de su san...