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El estruendoso sonido de la alarma resonando en toda la habitación logró despertar a un joven de cabello castaño de su profundo sueño.

—mhhmm...—Con pereza, Ni-ki se despertó y se removió por toda la cama antes de decidirse a levantarse.

—¡Riki! ¡Cariño! Es hora de despertar— Grito su madre desde la cocina. A veces se preguntaba cómo era que su madre podía gritar tan fuerte, que parecía que estuviera dentro de la habitación.

El primer día de clases de Ni-ki había comenzado de una manera un tanto complicada. El cambio de colegio y de país había sido un reto para él, especialmente porque extrañaba a sus antiguos amigos y la rutina a la que estaba acostumbrado.

A pesar de su nostalgia, Ni-ki se esforzaba por adaptarse a su nueva vida. Aquella mañana se levantó temprano, se puso las pantuflas de patito que su abuela le había regalado, las cuales le recordaban a su hogar anterior y le daban un extra de confianza.

Decidió darse una ducha para despertarse por completo, pero al abrir la llave se dio cuenta de que no quedaba agua caliente. Aquello fue un golpe duro para Ni-ki, quien soltó un chillido de frustración.

Salió del baño, termino de arreglarse y bajo a la cocina para desayunar. Definitivamente ésta rutina no le gustaba, pero no tenía de otra.

— Buenos días, mamá.—Dijo un poco perezoso.

—Buenos días hijo.—dijo mientras colocaba sobre la mesa el desayuno favorito de Ni-ki que consistía básicamente en panqueques con forma de pescado y fruta picada.

Ni-ki devoró su desayuno con rapidez, mientras reflexionaba sobre cómo sería su día. Despreciaba la sensación de ser el nuevo en la clase, algo que, sinceramente, a nadie le agrada. Se preguntaba si lo que experimentaba podía considerarse un sentimiento, aunque para él parecía serlo. Tal vez se debía a su naturaleza introvertida.

—¿Listo para irnos? Se nos hace tarde—Sonrió al ver qué Ni-ki había comido todo su desayuno.

Ni-ki asintió con un simple "Sí" como respuesta antes de salir de la acogedora casa. Durante todo el camino, permaneció en silencio, lo cual no pasó desapercibido para su madre, quien conocía perfectamente que su hijo estaba nervioso. Era evidente que Ni-ki no estaba acostumbrado a tener amigos tan cercanos, ya que su timidez a menudo le impedía dar el primer paso en las relaciones sociales.

No obstante, a pesar de sus reservas, Ni-ki se permitió pensar que tal vez estar rodeado de amigos sería una experiencia positiva. Aunque no estaba seguro de cómo desenvolverse, seguía teniendo fe en que todo saldría bien. Después de todo, ¿por qué no intentarlo? Aunque la incertidumbre y la ansiedad aún lo acompañaban.

—Tranquilo cielo, no estés tan nervioso. Solo se tu mismo y concéntrate en lo tuyo, ya si hay una oportunidad de hacer amigos no la desaproveches, ¿Si?

Ni-ki miro a su madre con una mirada que lo caracterizaba tanto, su mirada de miles emociones encontradas.

—Bueno—dijo su madre mientras buscaba un buen lugar en donde detenerse para dejar a Ni-ki.—...aqui es.

Ni-ki observó la estructura de su nuevo instituto y se dio cuenta de que era mucho más grande de lo que había imaginado. Las paredes eran altas, de color blanco con azul, y un imponente portón con el nombre del colegio en la parte superior.

—Vaya... espero no perderme allá adentro.— Soltó una risita nerviosa para luego despedirse de su madre y salir del auto.

Al ingresar , Ni-ki se percató de que algunas miradas se posaron sobre él, lo que provocó un ligero aumento en sus niveles de nerviosismo. A pesar de ello, logró controlar sus emociones y se dirigió hacia la recepción para recoger su horario y averiguar dónde se encontraba su salón.

Una vez en la recepción, fue recibido por una joven llamada MoMo, según rezaba en su identificación. Ella le entregó su horario y le indico dónde se encontraba su clase correspondiente. Ni-ki pensó que MoMo ya estaba al tanto de su llegada.

—Nishimura...Riki-Susurró mientras levantaba una ceja.—¿Eres de Japón?

—Si.

—Ten, tu salón es 2do "A" y tu horario es éste, léelo.— Dijo un poco seca mientras le entregaba su horario.

—Gracias.— Ni-ki respondió y luego se fue sin mirar a la secretaria que lo había atendido. Su entrada era a las 7:30 am y ahora mismo eran las......7:37 am.

Ni-ki guardó su celular y dio exactamente tres pasos largos, al cuarto se detuvo....¿¡QUE!? ¿¡7:37 AM!?

—Increíble, llegaré tarde a mi primer día de clases.— ¡Para qué engañarnos! Estoy más nervioso y cohibido que nunca. Parece como si no hubiera hablado con nadie en años, solo puedo articular unas pocas palabras.

Bueno. ¿Qué tan malo podía ser?

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𝑪𝒐𝒏𝒇𝒖𝒔𝒊𝒏𝒈 𝑶𝒍𝒅𝒆𝒓 𝑳𝒖𝒗; 𝑯𝑶𝑶𝑵𝑲𝑰.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora