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B l a s

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B l a s

Me gusta Mia.

Igual y más notorio no podía ser ¿Verdad?

Me encanta desde que la primera vez que la vi. Toda distraída, metida en su mundo, tanto que casi la atropella aquel maldito auto.

Hubiera deseado ser yo el que la tomara del brazo y la "salvara". Sin embargo, Fran estaba lo suficientemente cerca para hacerlo. Y aunque estoy completamente agradecido con el rubio por hacer ese acto heroico, hay una parte de mi anhelando devolver el tiempo atrás y hacer que Mía caiga entre mis brazos y conecte sus ojos con los míos.

Muy cursi, tal vez.

Algo que me encantaría vivir, definitivamente.

Desde que conocí a Mía, mi cuerpo colapso, mi sistema enloqueció y mi mente no ha dejado de pensarla. Llevo bastante tiempo queriendo que algo con ella se dé, pero no sabía como demostrarselo, más que con burlas e insultos. Aunque claro, siempre con tacto, no me imagino lastimandola de verdad.

Lo más puro tambien. Mia Fernandez es todo lo bueno que podría existir, es como si ella viviera en una cajita de cristal, y su inocencia la envolviera de una forma tan... ¡Estoy jodido!, y es que es lo más divino que mis ojos han visto. Como quisiera tomar la cajita de cristal donde vive y protegerla de todo mal. Este mundo definitivamente no la merece.

Ni siquiera se si yo la merezco.

Fran, quien es el único que sabe acerca de mis sentimientos para con Mia, dice que si. Pero, vamos, Francisco Romero no es más que un rómantico empedernido, siempre tan positivo y feliz. Como quisiera que me regale un poquito de su personalidad y ver la vida color de rosa.

A veces me pregunto si Mia verá la vida así. Siempre la veo sonriente y completamente plena, como si nada le ocurriera. Como quisiera saber más sobre ella, averiguar que pasa con ella, que pasa en su vida, que pasa con aquellos preocupantes moretones que a veces suele tener, quiero saber que pasa dentro de su cabeza y cuidar cada uno de sus pensamientos.

Yo no se que es lo que me pasa cuando estoy con ella.

Debo confesar que por ella empece a venir a la universidad. Y, como si la suerte estuviera de mi lado, cuando el nombre de la universidad de Mia coincidio con el nombre en donde mi madre trabajaba, no dude en acompañarla cada día hasta dar encontrarla a ella.

Adicciones, entre otras cosas; Enzo VogrincicDonde viven las historias. Descúbrelo ahora