Después de despilfarrar toda la tarde, observando fotos, videos y todo lo que tenga que ver con el reciente furor y reconocido actor Enzo Vogrincic, Mía, una intensa y desquiciada fan, decide enviarle el milésimo mensaje del día.
Esperando, como si...
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M i a
Enzo se va hoy.
Enzo se va hoy an Uruguay y mi estomago se revuelve de solo pensarlo.
No nos hemos visto hace dos días. Ha sido culpa mía, le dije que no quería verlo y lo estuve ignorando. No quería, pero tengo miedo. No de él. Miedo de no saber darle la respuesta correcta, Miedo de que se canse de mi inestabilidad e inseguridad a los cambios.
Sobretodo por el hecho de que mi mente esta tan absorta en el hecho de que me cree una egoista por ir y dejar a mi madre... dejar a mi padre.
Pero, el dilema es que mi mente tiene miedo, o yo mejor dicho.
Tengo miedo de que Enzo se vaya y renuncie a mi. Sola, con mi mundo derrumbándose.
Por que se que si él se va, dejare que mi vida se haga añicos y la motivación tambien me abandonara. Mi vida ya no tendrá ningún rumbo o esperanza y volvere a dejar que mi personalidad se apague y la soledad me envuelva.
Es un dilema. Estoy entre la espada y la pared. Aqui esta casi toda mi vida, pero mi vida cada vez se rompe, más y más. Aqui estan mis amigos, mis chicos, Lucrecia... pero no esta Enzo.
Aqui lo tengo todo, pero a la vez nada.
Un suspiro traicionero abándona mis labios y mi mejor amiga deja a un lado la llamada que tenía con su madre y me observa, intrigada.
—Esperá... si, mamá, si... aja, ya... me voy, si...cuidate ¿Dale? —Luli se relame los labios, ligeramente tensa. —Celebraremos, mami, si... adios.
Luego guarda su telefono y ahora es ella la que suspira y luego inhala como si buscara aire.
—¿Pasa algo? —me atrevo a preguntar.
—Nada, que mamá esta embarazada —se encoge de hombros y le resta importancia, pero se que por la mirada que me da no es así —¿A vos te pasa algo?
—¿Esta embarazada? pero, ¡Es una buena noticia, Luli!, ¿No te gusta?
—Tengo casi 20 años, Mimi. Queria un hermanito hasta que cumpli 13, luego asimile que sería yo y nadie más. No es que no quiera, me aterra. No quiero que el o ella, cumpla cosas que no quiere desde que nazca. Sabes como son mis viejos... —respira hondo otra vez —No son malas personas, pero siempre están en los negocios, en las empresas... ¡En el dinero!, incluso quieren casarme con algun pelotudo de mierda para hacer alianzas. No quiero ese destino para el bebé en camino.
