Capítulo dos: La Jambalaya

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Capítulo dos: La Jambalaya


En menos de una hora, la cabeza de Lucifer ya estaba vendado y estaba contra su voluntad acostado en la cama, pues desde el momento en que lo atendieron quería irse, pero no lo dejaron, ordenándole que se quedara en el reposo absoluto, aunque claro estaba, reposo sí que no podía obtener, ya que afuera de la enfermería había chicas y chicos gritando por su nombre. La verdad, es que Lucifer si quería descansar, pero de ellos en particular, no por la herida, así que como pudo posó una de las almohadas sobre toda su cabeza para omitir el ruido y tratar de dormir. Cuando finalmente despertó, se dio cuenta que había dormido varias horas hasta casi el anochecer.

¿Has despertado? -preguntó la enfermera

Yo... ¿Por qué no me han despertado? -preguntó Lucifer

El entrenador dijo que era mejor que descansaras, en especial de tus admiradores -dijo la enfermera sonriendo

Lucifer dejó lucir una pequeña sonrisa, pues él único que sabía que le agobiaban tantas personas a su alrededor era su entrenador, quien era además su mismísimo padre, o padre adoptivo porque él era hijo adoptivo.

Por cierto... antes de que se me olvide... -decía la enfermera

¿Ah? -preguntó Lucifer volteando a la enfermera

Un lindo chico me dijo que te diera esto cuando te despertaras -dijo la enfermera sosteniendo una bandeja de comida

¿Qué es? ¿Ah? ¿De quién? -preguntó Lucifer

No dijo su nombre, solo era un chico alto castaño -decía la enfermera mientras acomodaba nuevamente la bandeja sobre el escritorio- bueno, tengo que irme a otra sala, te dejo para que acordes tus cosas, tu padre te está esperando afuera- dijo la enfermera sonriendo


El joven Lucifer se acomoda en la cama y se pone de nuevo sus tenis deportivos para ir directamente al escritorio y abrir la tapadera de la bandeja, dentro de ella había un platillo de comida tipo española y africana, efectivamente, era una bandeja con jambalaya.

¿Chico alto y castaño? -se preguntó así mismo Lucifer con una gran sonrisa.

Aun con la bandeja en mano empezó a buscar algo más en el platillo de comida, no encontró lo que andaba buscando así que empezó a buscar en el escritorio de la enfermera, nada.

Tsk -se quejó Lucifer.


Lucifer se redirigió a su cama y tomó su mochila que se encontraba aun lado de ella, posiblemente traída por su mismísimo padre, empieza a acomodarla sobre su hombro y sale con una media sonrisa con un plato jumbo de jambalaya en su mano.

Al salir de la institución observa a su padre esperándolo con un coche de lujo. Lo saludo con su mano en la cual tenía llaves.

¿Podré manejar el día de hoy? -preguntó emocionado Lucifer

Ni en tus sueños -dijo su padre abriendo la puerta a su hijo como si fuera una princesa.

Lucifer miró a su padre con molestia, dejó la mochila en el suelo del asiento y empezó a entrar en el auto, al asiento del copiloto. Dirigió su mirada a la escuela y vio al chico castaño tras las ventanas de la institución. Cuando su padre entró al auto Lucifer rápidamente le da la Jambalaya a su padre y le avisa que regresara en unos minutos, saliendo del auto y corriendo nuevamente al colegio.

¡HEY! ¡Que te dejo! -gritaba el padre desde el auto, pero Lucifer lo ignoro


Lucifer corre lo más rápido que puede dentro de las instituciones, estaba muy emocionado y no sabia porque, pero en el momento que vio el rostro de ese muchacho, de piel morena, ojos marrones, cabello castaño con algunas franjas negras, y en especial esa aura roja a su alrededor... tal vez en ese momento era la sangre que salpicaba en su ojo por la herida de su cabeza... pero era esa energía que le llamó la atención y le hacía latir su corazón de cierta manera por la cual se moría de ganas de encontrarlo de nuevo.

Lucifer llegó al cuarto piso donde se había encontrado al chico moreno tras las ventanas, miró a sus alrededores y se encontró a los chicos problemáticos de las gradas azotando al chico moreno contra la pared.

¡Déjenme! -gritó Alastor quien se sostenía apenas de las manos de un chico que lo tenía sujeto del cuello de su camisa.

¿Crees que te vas a salir de esto? Nos has hecho quedar mal al atacar al favorito de todos, esos ladrillos eran para ti -dijo uno de los muchachos

Ahora vas a pagar -dijo el otro


O lo sueltan o los mato -decía Lucifer detrás de ellos con los brazos cruzados, al sentir la mirada de los tres individuos volvió a hablar- ¿Entendieron? -preguntó Lucifer

Lu.. Lu... ¡Lucifer! -dijo el que estaba aun lado del que tenía sujeto al castaño

Lo siento "mi rey" pero estamos ocupados aquí ¿nos dejarás en paz? -preguntó el chico que tenía sujeto al castaño haciendo énfasis en "mi rey" como una burla hacia él sobre ser el superdotado de la universidad

Bien, yo se los advertí -dijo Lucifer acercándose a los chicos, uno de ellos huyó mientras el otro sujetaba el cuello del castaño con confusión mirando a Lucifer.

Lucifer con un ágil movimiento toma los brazos del abusador alejándose del chico castaño, lo carga y lo tira azotando sobre el suelo, le da un puñetazo en la cara y lo somete por completo.

GHhh -se quejó el abusador con un poco de sangre en su labio.

Lo vuelves a tocar y te mato -dijo Lucifer con una voz tan gruesa y demoniaca que daba escalofríos con tan solo escucharlo

Lo... lo siento... deja... déjame por ...favor... -suplicaba el chaval

Lucifer lo deja para que huya junto a su compañero medio fiel que lo esperaba al final del pasillo, se dirige al chico castaño y lo encuentra sentado en el suelo, posiblemente se había caído en el momento que alejó bruscamente a su acosador, Lucifer se arrodilló en el suelo y le acaricia su cabello, haciendo que el castaño se sonroja, Lucifer le sonríe.

Gracias por la jambalaya -dijo Lucifer dejando de acariciarlo para buscar algo en su bolsillo de pantalón

Ahh... si... claro... -decía nervioso Alastor

Mi nombre es Lucifer -dijo Lucifer sonriendo

Alastor -dijo Alastor aun nervioso

Un gusto Alastor -dijo Lucifer con plumón negro en su mano

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