Capítulo cuatro: Primera salida
En menos de una hora, Lucifer y Alastor estaban caminando por las calles de su ciudad, cada uno con un café distinto, Lucifer tenía un capuchino helado, mientras que Alastor tenía un frappe con crema batida, lo cual se le hacía muy tierno al rubio porque cada vez que tomaba el chico castaño se manchaba sus labios con la crema batida, en un segundo Lucifer ya tenía un pañuelo en sus manos y limpió los labios de Alastor haciendo que este se sonroja ante el acto.
Gra... gracias -dijo tímidamente Alastor
Lucifer sonríe, dobla el pañuelo y lo vuelve a guardar.
Entonces... -empezaba a decir Alastor
¿Si? -preguntó Lucifer
Ahh... ¿Cómo supiste que fui yo quien te dio el platillo? y además... ¿Te gustó la Jambalaya? -preguntó Alastor
¿En serio? Sobre lo de: ¿cómo lo supe? ¿No era obvio? Estabas leyendo un libro de cocina española cuando ocurrió el suceso, y solo despierto en la enfermería con un platillo español en mi cara, era demasiado obvio, solo, se me hizo extraño no encontrar una nota tuya o algo -dijo Lucifer
Pensé que lo podías a verlo como si una de tus admiradoras lo hubieran dejado -dijo Alastor
¿Tu eres una admiradora mía? -preguntó en forma divertida Lucifer
¡No! Yo no... digo... No digo que no seas una persona para admirar, es decir, todo te sale bien y eso... pero yo... - Alastor frotaba sus brazos nerviosamente- No... -decía Alastor
Tranquilo, se que no eres del grupo que me anda acosando todos los días -dijo Lucifer tomando un sorbo de su cafe
¿Acosando? -preguntó Alastor
En ese momento Lucifer repenso en sus palabras, el acoso que él sentía que estaba recibiendo era tan solo una molestia ante su privacidad, sin embargo el acoso que Alastor recibía era mucho peor que eso, no solo hacia su privacidad, sino a su persona y seguridad.
Bueno, es una pequeña molestia... a diferencia de... tu sabes -decía Lucifer, tratando de enmendar el problema que él mismo se había metido
Lo entiendo, es un acoso diferente, pero sigue siendo un acoso, a ti te molestan no dejándote solo por un segundo, empujandote y asfixiandote y a mi... me tratan de matar -dijo Alastor serio
¿Matar? ¿Además de los ladrillos te han hecho algo similar? y además, quiero saber ¿son solo esos chicos o es alguien más? -preguntó Lucifer un poco interrogatorio, pues al tener las respuestas se iba a asegurar de rescatar a su nuevo amigo.
Alastor lo mira con sorpresa al escuchar todas las preguntas, de alguna manera se siente interrogado, pero por otra parte se sentía seguro, se sentía que Lucifer estaba siendo posesivo y sobreprotector, no entendía porque, si apenas se conocían, pero tampoco quería entender el porque, simplemente quería dejarse llevar y finalmente ser sostenido por los brazos de alguien que tenía la seguridad de que lo iba a proteger.
Es casi la escuela entera... bueno... solo los típicos bravucones idiotas los que me molestan, como empujándome o tirándome cosas encima... los dos chicos de las gradas son los que siempre están molestando de manera más agresiva y... -decía Alastor al mirar a Lucifer, estaba inquieto, sus ojos azules de alguna manera se cambiaron a rojos, como el mismísimo demonio.
¿Nombres? -preguntó Lucifer con un aura que inquietaba al chico castaño
Yo... -Alastor estaba inquieto, de alguna manera Lucifer le daba un escalofrío, pero algo dentro de él le decía que estaba a salvo con él- no lo se... son un año mayor que yo -dijo Alastor
De mi año, bien, los encontré por mi mismo -dijo Lucifer
Lucifer... -decía Alastor, pues la verdad aunque apreciaba el apoyo, no quería que su nuevo amigo se metiera en problemas
Y no, no lo se -dijo un poco molesto el rubio
¿Ah? -se preguntó Alastor
No probé la jambalaya, mi padre se la zampo entera antes de que pudiera hacer algo -dijo molesto Lucifer
Alastor soltó una pequeña risa
Te haré otra -dijo Alastor
Eso me encantaría -dijo Lucifer
Ambos decidieron pasar a ver el teatro, se sentaron juntos y disfrutaron un buen entretenimiento cómico y romántico. Alastor se reía silenciosamente cada vez que pasaba una escena cómica y Lucifer lo miraba de reojo sonriendo, pues le parecía muy tierno esa pequeña risa. Al salir del teatro Lucifer invitó a Alastor a cenar. Entraron a un pequeño restaurante, cuyas mesas y sillas eran de madera y todo su alrededor estaba decorado con plantas y flores.
Nunca había conocido este lugar -dijo Alastor sentándose en una de las sillas de la mesa en la que los habían guiado
Mmm, el lugar no es muy conocido, por eso me gusta, no hay gente que lo arruine -dijo Lucifer
Mmm, tienes razón, es como... un escondite, una madriguera -dijo Alastor
¿Madriguera? -Lucifer suelta una pequeña risa- Si, tienes razón, al menos un lugar secreto de esos idiotas -dijo Lucifer
Alastor le sonríe tiernamente y Lucifer rápidamente se tapa su rostro con el menú, pues sentía que de alguna manera un pequeño sonrojo apareció en sus mejillas.
¿Qué te gustaría pedir? -preguntó Lucifer
¿Podemos pedir algo para compartir? -preguntó Alastor
Aquí no hay jambalaya, pero... hay paella ¿te gustaría probarla? -preguntó Lucifer
Si, me encantaría, solo la he probado de mis creaciones ya que me gusta cocinar, pero siempre algo sale mal o se quema y bueno... nada comparado a un restaurante -dijo Alastor
Si quieres, para la próxima cita te invito a mi casa y hacemos algo de comer, a mi tambien me gusta cocinar, pero no soy muy fan como tu, hago recetas simples -dijo Lucifer empezando a ordenarle al mesero, sin notar la cara completamente rojiza de Alastor, pues en vez de decir salida, dijo cita. Lucifer sabía que había dicho cita, pues para él, de alguna manera Alastor era muy importante para él.
Si... para la próxima cita, me encantaría -dijo Alastor sonriendo
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Encontrémonos Siempre
FanfictionFanfiction - Lucifer y Alastor viven juntos felices como pareja en una vida humana completamente normal, sin embargo las pesadillas infernales se presentan muy a menudo en Lucifer diciéndole que realmente no es donde deberían de estar. ¿Pero qué es...