Capítulo seis: Días tranquilos
Habían pasado dos simples semanas, Lucifer y Alastor se la pasaban muy bien juntos, cuando Lucifer no era aplastado por sus admiradores se encontraba con Alastor en aulas completamente abandonadas, se la pasaban jugando cualquier juego de cartas mientras hablaban de todo, gustos, hobbies, recetas, de la vida misma, cuando Alastor era molestado Lucifer iba a su rescate, al principio la gente no entendía porque el rey de la universidad se molestaba en pelearse con bravucones para defender a un cualquiera, sin embargo, eso lo hacía más irresistible a quienes le amaban, pues mostraba tanto su fuerza y empatía hacia los más débiles.
Cuando la hora de la salida se presentaba, varias veces Lucifer faltaba a sus prácticas deportivas y se iba corriendo con Alastor a cualquier otro lugar, como su nuevo restaurante favorito...
Tenemos que encontrar otro lugar "secreto" este ya se está llenando -dijo Alastor divertido mientras estaba comiendo parte de una paella compartida
Tienes razón -dijo Lucifer
Bueno, creo que habrá mejores opciones en otros lugares, algo no se... -decía Alastor
Solo para nosotros dos -dijo seductoramente Lucifer, haciendo sonrojar a Alastor, provocando una pequeña risa para el rey de la universidad
Cuando iban a cafeterías, no se abstenian de probar todo tipo de café, incluso si no les gustaban lo que habían pedido, se lo tomaban a la fuerza para no desperdiciar, pues ambos eran fanáticos de la cocina, y su regla número uno, era no desperdiciar ningún tipo de alimento. Probaban todo tipo de bebidas, incluso sin cafeína, aun siendo posiblemente los individuos más adictos al café.
Deberíamos parar con la cafeína -dijo Alastor teniendo un vanilla latte en sus manos
Nunca -dijo Lucifer con un capuchino en mano
Estoy empezando a tener alucinaciones -dijo Alastor
Pues al menos espero estar en ellas -dijo Lucifer divertido
En un fin de semana fueron a un parque de diversiones, Lucifer se dio cuenta que Alastor no era fan de los juegos rápidos, por lo cual le insistió mucho subir a esos, pues siempre a la hora de la bajada Alastor abrazaba fuertemente a Lucifer, sintiendo seguridad en él. No sabía porque, pero cada vez que Lucifer sentía la adrenalina en las bajadas, como en las vueltas, le gustaba tanto que sentía que él mismo podía controlarlas, como si realmente su naturaleza fuera tener alas y podría hacer cualquier cosa con ellas.
Lucifer... ya... alto... no puedo más -dijo Alastor cansado
Algo en ese diálogo, le gusto a Lucifer, como si lo estuviera sacando de contexto. Empezó a sentir un calor interno.
Mierda... -dijo Lucifer quitándose su chaqueta
¿Ah? ¿Te dio calor? -preguntó Alastor
Ni te imaginas... ¿quieres un raspado? Yo invito -dijo Lucifer tomando la mano de Alastor y dirigiéndose a los puestos de comida
En la tercera semana...
Parecía que Alastor tenia mas problemas con bravucones, sin embargo, no le dijo nada a Lucifer, pues estaba harto de huir y sentir miedo, quería arreglarlo por él mismo, y demostrarle a Lucifer y a sí mismo que él podía resolverlo, pero las cosas salieron de control... Después de clases, Alastor y sus bravucones se encontraban en la pista de correr de la universidad...No había escapatoria, y no había Lucifer, pues ese día había salido antes por asuntos personales.
¿Te crees valiente? -preguntó uno de los bravucones
Ahora no está el rey para defenderte -dijo el otro
Alastor mentiría si dijera que no tenía miedo y que deseaba con todas las ganas correr lo más rápido posible, huir y esconderse, sin embargo, encontró valor, pensó por un momento en el rostro de Lucifer, serio, cómico, seductor... le daba fuerzas para estar en pie enfrente de sus abusadores y contestar.
No necesito a nadie para deshacerme de una mierda como tu -dijo Alastor sin saber porqué lo había dicho, sin embargo se sintió muy bien decirlo
Ohhh, el chico tiene huevos -dijo el bravucón
¿Por qué no hacemos un omelet? -preguntó el otro
Los dos chicos empezaron a acercarse a Alastor, mientras uno lo atrapo de la espalda, el otro le proporcionaba golpes tanto en su rostro como en su estómago. La gente alrededor empezaba a acercarse y a gritar, algunos para detener la pelea, otros para animar la pelea, otros corrían porque tenían miedo y otros corrían para llamar a los adultos.
Uno de los chicos le dio un golpe tan fuerte en su rostro que Alastor no pudo evitar escupir sangre.
Que asco -dijo el chico finalmente soltandolo
El que le dio el golpe aprovecho para darle patadas sin fin. Alastor protegía su cabeza con brazos y su pecho con sus piernas enrolladas, estaba en posición fetal.
Terminalo, que vienen los maestros -dijo un chico
El bravucón se hinca y se posiciona sobre Alastor, le quita sus brazos de encima y alza un brazo hacia el cielo.
Despídete -dijo el chico lanzando su último puñetazo.
Alastor cierra los ojos, tenía ya varias lágrimas en todo su rostro... pero el golpe nunca llegó, al abrir los ojos, aun con su visión borrosa, pudo ver a Lucifer sosteniendo con fuerza el brazo del chico.
Pero tu... no... -decía el chico, pero fue interrumpido por un dolor agonizante, pues Lucifer no solo lo levantó alejándolo de el chico castaño, sino que sin piedad alguna le rompió el brazo -¡AAAGGGHHHHHH! -grito el bravucón
Lucifer con una ágil técnica, azota al chico al suelo y empieza a golpearlo tan brusco que después de unos pocos golpes lo deja completamente inconsciente y sangrando ante las miradas de los espectadores.
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Encontrémonos Siempre
FanfictionFanfiction - Lucifer y Alastor viven juntos felices como pareja en una vida humana completamente normal, sin embargo las pesadillas infernales se presentan muy a menudo en Lucifer diciéndole que realmente no es donde deberían de estar. ¿Pero qué es...