Capítulo treinta y nueve: Destinados a estar juntos

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Capítulo treinta y nueve: Destinados a estar juntos


Alastor empieza a abrir sus ojos, se sentía muy bien estar dormido, pero en ocasiones dormir de más cansaba mucho más en vez de recibir descanso necesario.

¿Ya despierto? -preguntó Lucifer acariciando a Razzle

¡Lucifer! -grito Alastor levantándose, pero fue tan rápido y repentino que cayó de nuevo en la cama

Tranquilo, estoy aqui tonto -dijo divertido el rey, aun lado de Alastor.

Nuevamente Alastor se incorpora en la cama al igual que Lucifer para verlo mejor.

Lu... ¿eres tú? -preguntó Alastor

¿Quién más podría ser? -preguntó Lucifer

Los ojos de Alastor empezaron a humedecerse y algunas lágrimas salían sin más remedio. Alastor tiembla, alza sus brazos y abraza a Lucifer. El rubio suelta una pequeña risa y corresponde el abrazo, sin poder evitarlo suelta también algunas lágrimas.

Se acabó, Al, todo se acabó ya -dijo Lucifer tratando de tranquilizar a su demonio.

Pense... pense que te perdía -confesó Alastor

Mmm, pero... -Lucifer se aleja del abrazo y con una de sus manos sujeta el rostro del pelirrojo, lo miró con ternura y agradecimiento- Gracias, por no dejarme solo- dijo Lucifer acercándose a Alastor y le proporciona un beso en los labios, el cual el demonio de la radio acepta con mucho gusto


Sin previo aviso Lucifer toma una de las orejas de venado de Alastor, la presiona y la empieza a jalar como animal regañado.

¡Pero bueno! ¡Déjame! -se quejó Alastor

¡Esto es por lo que hiciste! ¡Idiota! -grito molesto Lucifer

¿Ah? ¿Qué cosa? ¡Ya dejame Lucifer! -se quejó enojado Alastor

Lucifer lo suelta y le muestra su muñeca, entonces una cadena dorada aparece, conectando con el cuello de Alastor

¿Ah? No se que es eso -Alastor dirige sus manos al collar y empieza a forcejear- ¿Como se quita esto? -preguntó Alastor

No puedes idiota ¡Ese es el problema! -dijo Lucifer

Alastor mira con confusión y un poco de miedo a Lucifer

¡Me entregaste tu alma, pedazo de imbécil! -gritó Lucifer

Ahh, bueno, esa ya la tenias -dijo Alastor sonriendo nerviosamente

¿Crees que es divertido? -preguntó Lucifer molesto

No pero... si este era el precio a pagar, no me arrepiento -dijo Alastor

No se trata de ti ¿Crees que yo quiero tener esto en mi muñeca? -preguntó Lucifer

Alastor sabía que estaba bromeando, así que sonrió juguetonamente.

Ohh, ¿quieres jugar? -preguntó Lucifer

Bueno, ahora soy completamente tuyo -dijo Alastor

¿No que ya lo eras? -preguntó Lucifer acercándose a Alastor

Siempre -Alastor recibió el beso y se acostó en la cama, Lucifer estaba sobre él probando sus labios.


Lucifer empezaba a quitarle la camisa a Alastor hasta que los dos fueron interrumpidos cruelmente por una puerta que no solo se abrio, sino fue destrozada por Azrael, el arcángel de la muerte, con varias venas saltadas en su cabeza, ambos ojos cerrados y con uno palpitando como si tuviera comezón y finalmente una sonrisa tétrica en sus labios. Tanto Lucifer como Alastor estaban enojados y ambos le lanzaron almohadas. Azrael destruye las almohadas con su poder divino.

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