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A la mañana siguiente Lucerys se había presentado en los aposentos de Jaehaerys. En un principio el príncipe Targaryen lucía intimidado por la presencia del castaño allí, pero cuando notó qué el Velaryon tenía un aspecto cansado y un color violáceo debajo de sus ojos avellanas desistió.
Gracias a esto, cuando las sirvientas sirvieron el desayuno, Lucerys pudo entablar una charla tranquila con su pariente, el cuál al inicio parecía reacio a responderle.
— Escuché qué tienes un dragón. — dijo mientras mezclaba el azúcar con su té, sin quitar su mirada de los ojos violetas del niño. — ¿Cómo se llama?
— Shrykos. — el acento valyrio se logró identificar, pero no era uno acertado como el qué compartían los Maestres qué le enseñaban en Roca Dragón. —
— Un dios valyrio. — reconoció con una ligera sonrisa, dejando su cuchara de lado y tomando un sorbo de su bebida. — ¿Quién te lo recomendó?
— Mí madre. — su mirada bajó decaída al mencionarla, sin dignarse a tocar su comida. — Le parecía adecuado.
— Una buena recomendación, mí tía Helaena siempre fue una mujer sensata y amable. — una sonrisa tiró de sus labios. — Quería disculparme personalmente contigo, Jaehaerys, porqué hayas tenido qué verte entrometido en esta situación.
— Yo solo quiero estar con mí madre. — logró ver como su mentón tembló ligeramente. — No hice nada, no te hice nada a ti. No quiero qué me hagan daño.
El corazón de Lucerys se apretó ligeramente ante las palabras asustadas del niño; hablaba como sí realmente el objetivo de su estadía en el castillo fuera hacerle daño y tratarlo como un cruel criminal. Era evidente la percepción errónea qué tenía Jaehaerys sobre su familia, y al estar rodeado por el tipo de gente qué era su abuela, no podía culparlo.
— Nadie te hará daño, no estás por eso aquí. — le aclaró con voz suave, la misma qué utilizaba cada vez qué le tocaba regañar a uno de sus hermanos pequeños. — Solo estarás por un tiempo, cuando todo esto termine, volverás con tu madre.
— ¡Pero yo no hice nada, quiero irme! — su voz se entrecorto, un guardia entró alarmado ante el grito pero Lucerys le negó con la cabeza y le indicó qué salga nuevamente. — Lo siento, príncipe.
— Estás aquí porqué nuestro tío Aemond hizo algo malo. — le explicó, ganándose una mirada confundida del niño. — ¿Recuerdas a Aemond, no es así?
— Claro qué lo recuerdo, también recuerdo qué usted le arrancó el ojo y nadie lo obligó a pagar su deuda. — dijo con un tono de voz amargo sorprendente para un niño de seis años. —
— Intentó hacerme pagar mí deuda, pero no con un ojo, sino con mí vida y la de un amigo. — Jaehaerys pareció descolocado por sus palabras. — Imagino qué no te agradaría qué intenten matar a un amigo tuyo, Jaehaerys.
El Targaryen se quedó en pleno silencio, seguramente analizando sus palabras, y continuó así hasta qué quedó solo de nuevo en sus aposentos. Lucerys debía dejarlo gracias al llamado a una urgente reunión del consejo, y Jaehaerys debía entrar en sus clases.
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Change - percy jackson
FanfictionDos universos alternos qué no deberían juntarse jamás, se ven unidos por una falla del universo y un hijo de Poseidón qué se enamora de un príncipe bastardo. ¿Qué podía salir mal? ● Percy Jackson × Lucerys Velaryon (oc!) ● Cambio de realidades. ● P...