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Después de qué el barco Alegre Abandono haya zarpado con dirección a Pentos, el día continuó con debida normalidad. Ladrón de Ovejas había sido reclamado hace unos días por Ortigas, al igual qué Vermithor y Ala de Plata; El día anterior, Bruma fue montado por Addam Mares. Corlys Velaryon se había mostrado fascinado por qué su nieto bastardo monte el dragón de su difunto hijo, entonces se dirigió inmediatamente con la Reina y su heredero.

Cuando le planteó a Jacaerys legetimizar al par de bastardos, el castaño dudó unos minutos. Su abuelo lo entendió, así qué le permitió marcharse y buscar a su hermano. Lucerys había estado entrenando más qué nunca después de despertar, y no sólo con la espada, sino también se pasaba horas estudiando. Por lo tanto, no fue una gran sorpresa encontrarlo en la biblioteca junto a Grover y Tyson, los qué parecían estar muy aburridos con la ausencia de los Targaryen menores.

El príncipe Velaryon comprendió la necesidad de su hermano mayor para tener una charla a solas, así qué despachó al par de jóvenes y observó paciente a Jacaerys, quién se sentó frente suyo.

— Addam montó a Bruma. — habló el mayor, con una mirada indescifrable. — A nuestro abuelo le fascinó, quiere qué apoye su noción para qué nuestra madre legetimice a Addam y Alyn.

Luke se tendió sobre su mullida silla, dejando su libro de lado. Uno de sus pies comenzó a golpetear el suelo.

— ¿Y tú qué quieres hacer? — preguntó, mirando fijamente los ojos marrones del chico. —

— No lo sé. — respondió sin más. —

El Velaryon suspiró y volvió a acomodarse en su lugar, pero sacudió durante unos segundos sus rizos.

— Podrían ser un peligro para mí y Joffrey. — meditó Lucerys, luciendo pensativo. — Pero por otra parte...

— Sí mueren, nos aseguramos de qué alguien perteneciente a nuestro bando herede su título. — completó Jace con tono amargo. — Lo sé.

El menor escuchó en silencio el gruñido de su hermano, antes de regalarle una pequeña sonrisa. Jacaerys suspiró ante esto, esperando paciente a qué el otro príncipe se siente a su lado en el sofá antes de apoyar su cabeza sobre su hombro. Los dedos gráciles de Luke cepillaron sus rizos, provocando qué Jace se sienta momentáneamente nostálgico; A pesar de qué Lucerys era más pequeño, siempre fue una persona qué desprendía una enorme tranquilidad cuando se trataba de consolar a alguien, una cualidad qué compartía con su madre y Jace no se cansaba de señalarla con burla.

— No vamos a morir. — dijo Lucerys, escuchándose más seguro de lo qué sentía. — Tampoco nuestros hermanos o nuestros padres. Sácate eso de la cabeza.

— Nuestra abuela ya murió. — el ambiente pareció volverse más frío ante la voz áspera del heredero. — Tu moriste por mí culpa.  ¿Qué nos asegura qué no puede volver a ocurrir?

Ante las palabras del príncipe, un amargo sabor se posó en la boca de Lucerys, al mismo tiempo qué sentía sus entrañas revolverse con disgusto.

— No vuelvas a repetir eso. — dijo con brusquedad, deteniendo sus caricias. — No morí por tu culpa, Jace.

— Todo fue mi idea, sí tan solo me hubiera mantenido callado...

Change - percy jacksonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora