Cap 18

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Revelaciones amargas

Cuando me desperté una sensación de añoranza me envolvió, como si algo me faltara y me impulsaba a desear encontrarlo. Todavía la sensación suave de las yemas sobre mi piel había quedado prendada en mi.

Al momento que me había desperezado, había tomado conciencia de la posición que me encontraba; acostada de lado sintiendo el calor reconfortante de las sabanas. Un brazo extendido bajo la almohada mientras que el otro se encontraba descansando cómodamente a lo largo de mi cuerpo.

Ese suave roce, aquellas caricias en mi antebrazo y el calor que desprendía al sentir a alguien abrazándome por detrás había llamado mi atención provocando que abandone el sueño.

Cuando me giré no había nada. La memoria difusa de la cercanía perduraba en mi piel, la huella de ese tacto y esa sensación que me había causado aún podía percibir.

Llevé mi mano hacia mi brazo observando aquella zona y solté un suspiro.

Todo se me hacía extraño.

Por un momento creí que se trataba de Azkeel, pero esa idea desapareció así como había llegado y más al recordar sus filosas palabras.

Fue entonces que decidi dejar atrás todo aquello y con determinación me levante de la cama.

Me encontraba dispuesta a cumplir la promesa que me había hecho a mi misma; aquella noche donde me había sentido desvanecer me había  prometido comenzar de nuevo o al menos intentarlo.

Retomar mi vida, mirar hacia adelante y dejar atrás todo aquello que me invadía.

Cuando me mire al espejo, la imagen que me devolvía deje de descuidarla y después de arreglarme, bajé las escaleras con paso firme encaminándome hacia la cocina.

—El partido del domingo va a estar buenísimo, le llenaremos la canasta a las gallinas

—Ja, ja. No tenes ni idea, les va a re caber, ya vas a ver. River está en el mejor momento, vamos a arrasar con todo

Mis hermanos se encontraban conversando animadamente sobre el superclásico, mientras que mi padre estaba asentado en la mesada batiendo el café esperando que la pava eléctrica se apagara por si sola.

—¿Buenos días? —respondí cuando había notado mi presencia.

Me extrañaba verlo, cierto asombro e incredulidad me invadía al notar su presencia.

¿Qué es lo que había cambiado para que este aquí?

—Puede ser, pero para mi va a reforzar la defensa. Apostaría con tres en el fondo… —opino Nicolás masticando un trozo de pizza fría que había quedado de la noche anterior y dándole un sorbo al mate.

—Va a ser un re partidazo, ya sabes igual... Si gana river lavas los platos toda la semana y el auto —apunto Franco —Apura hermano, que no es micrófono

—Buenos días, ¿no? — dije acercándome a ellos sacudiendo el cabello de ambos

—¡Ainee! —dijeron ambos quejándose de esa acción —Buenos días, de como que te bañaste —comento Franco entre risas

—Ya era hora —siguió Nicolás

Rodee los ojos tras aquello y les enseñe mi dedo del medio.

—Boludos —negué con mi cabeza

Me acerque hacia la heladera sacando la jarra de jugo. Me di vuelta al escuchar la voz de mi padre.

—Hoy decidí tomarme un descanso del trabajo — coloco el agua en la tasa –Quiero pasar más tiempo con ustedes, los chicos, vos… —empezó a azucarar para luego darle un sorbo — Creo que es una buena idea para poder… poder atravesar todo esto. Nicolás…

Cuando los espejos Resplandecen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora