La máscara detrás de ti
La noche se avecinaba, y con ella una nueva oportunidad para entender lo que estaba ocurriendo. Necesitaba contactar a Ñamku y descifrar la simbología de aquellos sueños. Ya no podía permitirme el lujo de quedarme en la sombra de mis propias dudas,
necesitaba buscar respuestas.¿Podría este baile ser una pieza más en el complicado rompecabezas que estaba tratando de armar?
No lo sabía, pero debía intentarlo por más que el nerviosismo atravesaba cada fibra de mi cuerpo.
—¿No crees que es demasiado? —inquirí, cubriéndome las piernas hasta la rodilla con aquellas medias de pelaje, tratando de ocultar mi ansiedad.
—Mientras más realista, mejor —respondió sin apartar la vista de su máscara, a la cual le daba las últimas pinceladas.
Él tenía bastante experiencia creando atuendos; había participado en comparsas de la capital con trajes de calaveras de animales, confeccionados con cuero y plumas, siempre impresionantes. Sin embargo, su pasión por la música lo había alejado de esa afición.
—No pude conseguir mucho cuero, pero el pelaje es una combinación de piel sintética y lana de coyuyo —explicó mientras colocaba con cuidado la pieza cerca de la ventana para que se secara.
—A veces no te entiendo —admití, sin ocultar mi confusión.
—Bruta, la lana de coyuyo es seda de caparazón de oruga —sentenció con tono de obviedad.
Sonreí nerviosa, como si realmente entendiera lo que decía, cuando apenas sabía enhebrar una aguja.
No quise insistir más y solo asentí mientras que esperaba que ya llegase la hora de irnos.Estaba lista, aunque nunca antes había participado en algo parecido. En la iglesia, siempre nos aconsejaban evitar esas celebraciones, por lo que tampoco me había interesado en ellas.
Sin embargo, según la poca información que había recopilado, se trataba de una festividad en honor a la fertilidad de la tierra y de agradecimiento a los dioses agrícolas.
Parecía que el equinoccio de otoño tenía cierta magia especial. Al parecer, era algo positivo.
El evento se realizaba cerca de nuestra casa, así que salimos sin prisa apenas las manecillas del reloj apuntaron la hora acordada. No sabía con qué me iba a encontrar, pero algo dentro de mí me decía que debía estar ahí. Un presentimiento se posaba en mi pecho, una sensación extraña y persistente que inundaba gran parte de mi ser.
Tal vez no era tan malo como creía.
Mientras caminábamos bordeando el lago Agrio, la música del otro lado resonaba con claridad, y mis pensamientos sobre todo lo que estaba atravesando florecían. Entre ellos, el más prominente era el deseo de liberarme de Azkeel.
¿Seria eso posible?
El pensar en aquella posibilidad provocaba que mis ánimos se elevaran, de una vez por todas me desharía de todo aquello que me ataba.
Cuando llegamos al prado, donde se celebraba la festividad, este se encontraba iluminado y la atmósfera que nos presentaba era bastante alegre, pero mi mente no estaba tranquila; estaba atenta a cada detalle, buscando entre la gente a la machi.
La sensación de inquietud no me abandonaba y la duda me perseguía. No estaba segura si realmente podría deshacerme de ese ser, tampoco si este era el momento, pero sabía que algo podía acontecer. Y eso me mantenía en alerta.
La búsqueda de Ñamku y la interpretación de mis sueños eran mi prioridad. Aun así, no podía evitar observar con fascinación lo que se desarrollaba ante mis ojos.
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Cuando los espejos Resplandecen
Mystery / ThrillerUna joven descubre un mundo de misteriosos reflejos cuando empieza a ver en el espejo a un enigmático chico ligado a su destino. A medida que una serie de escalofriantes asesinatos sacude la comunidad, ella se ve envuelta en una peligrosa trama dond...