Martha despertó asustada e inmediatamente tocó su pecho como si lo escarbara para tocar su corazón.
—Pero que triste historia, ¡yo quería que se quedaran juntos! —John revisaba la portada y la contraportada del libro de cuentos. —Los niños deberían tener historias más felices o si no terminarán como yo... bueno no, esa fue una broma, Julian... aunque creo que todavía no las entiendes... ¿Julian?
Julian dormia plácidamente en el sofá.
—Esto de leer cuentos es efectivo, tú que dices Martha.
Martha dormía sobre la alfombra.
—Ah...sí, es efectivo. Entonces también dormiré... Martha, no te enojes, pondré mi cabeza sobre tu lomo.
Martha recordó de dónde venía ese cuento. Que de pronto apareciera en sus sueños no era gratuito. ¿Acaso es una señal? Sí, lo era. Martha debía cumplir su deseo: ser humana y así demostrar cuanto quería a Paul. Pero ser humana no era simplemente tener la forma, era experimentar lo que involucra serlo, por lo tanto, su corazón debía ser humano.
—Ella dijo que mis sentimientos lo eran.
Sin embargo, ella debía explorar más su condición y pasar todas las pruebas. Es cierto que el hada la ayudaría a abandonar ciertas actitudes de un perro, pero al final todo quedaba en sus propias manos.
—Sí, pero mordí a John ni bien me sentí atacada. —no pudo evitar reír porque a pesar de todo fue un evento gracioso. —Ahora sí entiendo perfectamente lo que quiso decir Arcoíris.
Ella se levantó de la cama con una energía renovada, pero con temor. Abrió la puerta de la habitación y se encontró frente a frente con Paul.
—Estaba a punto de tocar la puerta.
—Buenos días. —Martha sonrió
—Buenos días, ¿dormiste bien?
—Sí, ¿y tú?
—También... Eli, perdóname. Lo de ayer fue imprudente, no quería abrir la puerta así. No quiero que pienses que yo quiero intentar algo...
Martha miró el piso avergonzada y tocó el hombro de Paul.
—Finjamos que eso no pasó, entiendo que fue sin querer.
—Gracias, Eli. —Paul suspiró aliviado. —Preparé un desayuno especial y estoy seguro que será de tu agrado. —Paul estaba a punto de hacer una reverencia para dirigirla hacia la cocina, pero Martha interrumpió
—Alguien toca la puerta.
—Yo no escucho nada. —Paul se acercó algo incrédulo a una zona cercana a la entrada principal y escuchó ruidos. —Tienes razón... Eli, cualquier cosa llamas a la policía, cerca de ti hay un teléfono y al lado una agenda.
Martha no percibió peligro, pero igual se quedó cerca al teléfono.
—Probablemente sea una fan, antes se metían por la ventana, hasta que puse algunas rejas...
—Pauuuuuuul.
Martha y Paul se miraron.
—Es...
—Es...
—¡JOHN! —Exclamaron al unísono.
Ambos corrieron hacia la entrada y Paul abrió la puerta.
—Paulie —John abrazó a su amigo.
—John...
Mientras abrazaba a John, Paul miro a su alrededor y se tranquilizó al ver que no había nadie.
—Oh, Martha... Martha Elizabeth, tú también abrázame.
John soltó a Paul y abrazó a Martha.
—Buenos días, John... ¿te sientes bien?
Martha sentía todo el peso de John sobre sus hombros y temía caerse sobre su espalda. Eso sumado a su baja estatura dificultaba que pudiera mantenerse en pie por mucho tiempo. Paul miraba la escena y rodó los ojos pensando que eso era un truco de su amigo para tener alguna muestra de afecto con ella. Se acercó para separarlos, pero John lo hizo primero. Paul y John cruzaron miradas.
—Me separé, Paul.
—Al fin lo hiciste, John...
—En mi auto están mis maletas.
Paul entendió lo que buscaba su amigo, ya en anteriores ocasiones se había hospedado en su casa cuando tenía discusiones fuertes con Cynthia, pero esta vez la estadía duraría más. Su amigo había tomado la decisión más difícil, pero a la vez más sana y él tenía que apoyarlo.
Martha no terminó de comprender del todo, pero al ver que Paul y John salían de la residencia para bajar maletas del auto, se dio cuenta que ahora serían tres bajo el mismo techo y no por solo una noche.
—Les ayudo.
—No, linda. Podemos con esto.
—Sí, no te molestes, Martha Elizabeth. Además, mírate estás con tu pijama, no la estropees cargando estos bultos.
Cuando ambos terminaron de cargar las maletas hacia la casa, Paul invitó a John a desayunar.
—Gracias, muero de hambre, no pude dormir bien pensando en todo esto.
—John, ¿qué paso? —preguntó, Martha.
—No sé si sepas mucho de mi vida personal, pero yo decidí divorciarme.
Martha lo miró preocupada.
—Sí, ya no estaré con Cynthia, la madre de mi hijo. Es lo mejor para todos, ya no éramos los de antes.
—Lo lamento... espero que ambos encuentren la felicidad.
John sonrió y tomó a bien la empatía de Martha. Él se detuvo en verla y el pijama que tenía puesta era evidentemente muy grande, le pareció tierna y quiso de algún modo decírselo. Prefirió solo darle una muestra de afecto y tocó su cabeza. En ese momento le surgió un deseo de revolverle el cabello... así como a los perros. Al hacerlo, vio que ella tenía los ojos cerrados.
—Gracias por tus buenos deseos... y perdón por despeinarte.
Martha empezó a reír y asintió.
Paul observaba a ambos a lejos y noto que ambos hablaban animadamente. John tenía una postura relajada y Martha se tapaba la boca con una de las mangas de su pijama. Otra vez le vino la sensación de protegerla, pero no le quedaba claro el por qué.
—Ella es Martha, tu mascota... por eso quieres protegerla, para que no vuelva a alejarse de ti. —De lejos Arcoíris miraba la escena y por dentro esperó que algún día ese deseo de protección cambie a otro tipo de sentimientos.
Ciertamente Paul no estaba profundamente enamorado de Martha como ella sí de él. No obstante, era una chica que hasta el momento tenía muchas cosas que le parecían encantadoras y atractivas.
Paul se metió a la cocina para disipar sus pensamientos, simplemente le parecía incómodo. También quería borrar el momento vergonzoso con Martha ya que no quería afectar la relación ella. Empezó a tararear y de pronto una melodía desconocida para él pasó por su mente. ¿Se venía una nueva canción? Al parecer sí.
-------------------------------------------------------
Primero quería agradecer por la lectura de esta historia, lo aprecio bastante y me anima a seguir escribiéndola. ♥
Segundo... siempre se ha mencionado que Martha humana es baja. ¿Cuánto creen que mide? 7w7
ESTÁS LEYENDO
Martha my dear ♥ | The Beatles fanfic
FanfictionMartha, la mascota de Paul McCartney siempre tuvo un deseo: ser humana. Un día se le concedió, ¿qué pasará? Esta historia estará narrada principalmente por Martha y por un narrador omnisciente. Espero que sea de su agrado :'3 #1 en Beatles 16/05/20...