Martha my dear ♥ | The Beatles fanfic

Capítulo 6: Breakfast

—Igual, quédate a desayunar— decía John mientras se sentaba junto a ella— eh, McCa trae los croissant que están en la cocina, graciaaas.

Paul bufó y llevó lo restante para desayunar los tres juntos.

(narración Martha)

Me sentí aliviada de que los chicos me creyeran, ya que era poco común encontrar a una chica desconocida en tu casa. Tuve  que inventarme una excusa muy tonta, menos mal había puesto atención a algunas series que veía mi dueño. La mayoría era tipo policial así que algo debía aprender de allí, ¿no? Sin embargo, seguía pensando en que decir si me preguntaban más cosas. ¿Cuántos años tengo? ¿De dónde soy? ¿Cómo fue mi infancia? ¿Qué hay de mi familia? Es muy difícil poder camuflar mis experiencias caninas con el de los humanos. Ellos no se la pasan jugando a recoger pelotitas con su hocico, ¿o sí? 

Estuve a punto de estropear todo cuando casi como el croissant directamente con mi boca. De no ser por John que tomo uno con la mano y se lo comió por bocados, me hubiera dejado al descubierto como una completa rara.

—¿Qué tal el croissant? —me preguntó mi dueño Paul.

—mmm sí, rico —respondí.

Mi dueño me miraba fijamente como esperando que tomara un sorbo del café. Ese fue otro reto: sostener la taza, obviamente no estoy acostumbrada y también estuve a punto de beber directamente pero esta vez con la lengua afuera. Ahora entiendo porque la humanidad es tan compleja. A pesar de eso, debo reconocer que los sabores nuevos que he descubierto son maravillosos. Café y croissant, ojalá hubieran croquetas hechas de eso.

—Cierto, olvidamos preguntar algo muy pero muy importante —dijo mi dueño Paul.

Ambos se miraron, John le hacia levantadas de cejas y Paul sonreía.

—¿Tienes novio?/ ¿Cómo te llamas? —dijeron al mismo tiempo.

—¿Cómo vas a preguntar eso, John? —rió — se supone que lo primero es el nombre.

—Ahh sí —tomó un sorbo de su café.

—¿Entonces? —esperaba una respuesta.

—Martha

—¡¿Qué?!— a John casi se le cae la taza.

¡Ahhhhh, pero en que cabeza se le ocurriría decir eso! Es que en realidad ese es mi nombre y fue lo primero que me salió. Espero que no se enojen y no me delate. 

—Como mi musa  —sonreía Paul.

—Por eso usaste ese nombre para tu mascota —murmuró John.

—Cierto, aún no aparece. 

Iba a quedar como una loca si le decía que YO soy Martha, la mascota ...pero si tan solo vieran la preocupación de mi dueño Paul. Él no me encontraría y me entristecia saber que me estaría buscando sin éxito.

—Eres muy callada— John acercó más su silla a mi.

—Amm... cuando terminemos de desayunar, te acompaño a casa... —sonrió amablamente Paul mientras se incorporaba para interponerse entre los dos.

—No te molestes, Paulie, yo la puedo dejar —se ofreció John con un gran sonrisa.

—No, tu tienes que ver a Cyn.

—Me puedo dar un tiempo.

—Acuérdate que también debes ver a Julian.

—Y tu tienes que buscar a Martha...tu mascota— aclaró.

Había un problema y se pueden imaginar. No tengo casa y me obligaba a seguir creando una historia falsa de mi, no había opción. "Soy tu mascota,acaso no te das cuenta" ... no,era ridículo.

—Eh...yo... no tengo casa.

Ambos dejaron de discutir y voltearon.

—¿En serio?  —preguntó John.

—No, yo venía de visita a Londres y ya saben lo de los ladrones..me robaron mis pertenecías y...— cerré los ojos esperando que puedan creerme.

—¡Porque no lo dijiste antes! —Paul esbozaba una sonrisa—puedes quedarte aquí, la casa es grande.

—Ahh no,  ¿qué tal mi casa?—intervino John.

—Ella apareció en mi casa.

—Pero la mía es más grande.

—Cyn y Julian viven ahí.

—Al menos tendrá compañía femenina que la ayude y con quien conversar.

—¿Acaso no entiendes que tienes una familia?, te quedaras conmigo. ¿Qué te parece la idea? —decía Paul.

—Si, suena bien —sentí calor en las mejillas. 

—¡Sí!

Paul estaba emocionado y miraba triunfante a John. John me observó directamente a los ojos y dijo:

—Suerte, vivirás junto a una chica muy linda.

Una humana...sí desde ahora en adelante, mi vida iba a ser diferente, junto a mi dueño Paul...