Notas finales del autor

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Aquí estamos, esta es la despedida.

Mientras escribo tengo una mezcla entre felicidad, nostalgia y expectativa. Vamos, no quisiera dejar a Jack, Emily y Rosaline tan pronto, pero la vida sigue, así como mis proyectos me esperan. Tengo muchas historias en la cabeza, y he aprendido que no es bueno quedarse atascada en una, por mucho que me guste.

Si no se enteraron, les cuento que acabé el primer borrador de esta novela en menos de 3 meses. Y el segundo, como en una semana. Estos personajes me capturaron, espero que también a ustedes.

Con esta pareja intenté mostrar un lado contrario al "cambió por ella". Jack y Emily crecieron por separado. Él sabía que tenía que se enamoraría de Emily eventualmente, sin embargo, no tenía la madurez para una relación; por lo que se aleja de ella. Y el "destino" los lleva a reencontrarse en un momento ideal.

Se encuentran cuando Emily creció profesionalmente, pero le hace falta la flexibilidad y libertad de Jack. Y cuando Jack ya quiere un compromiso (ya hasta se iba a casar), pero Emily complementa su vida, lo hace muy feliz y lo baja un poco de las nubes en las que a veces se deja volar.

Ojo, no creo que todos tus cambios de personalidad o evolución como persona se tengan que hacer en soledad. "Hasta que la curiosidad nos vuelva gatos" es una muestra de una pareja sana en la que los protagonistas se conocen cuando ella no está lista para una relación.

Disfruté mucho escribiendo esta novela. Me gusta expresarme en pocas palabras, aunque no niego que fue un reto. El narrador en tercera persona ayudó mucho para esto. Gracias, querido narrador.

El proceso fue así de natural, like the river flows. Me dediqué a  ver los disparadores con atención y hubo algo en el 44 que me atrapó. De repente surgió Emily, con su personalidad tan particular. Jack, el chico malo que en realidad es más bueno que el pan. Y Rosaline, que se robó completamente la pantalla sin que yo lo planeara.

Cuando hablé con mis lectores de confianza sobre alargar un poco la historia, las peticiones fueron: la boda y la carta. Hice caso en la mitad, como verán. Simplemente, hay cosas que me gusta dejar a la imaginación.

Quiero dar un agradecimiento a Ami, que leyó la historia cuando me sentía insegura y me aconsejó sabia y cálidamente. Y a las personas que con su amor me inspiran a escribir, aunque ni siquiera los conozca en persona.

Por ahora me despido de Emily, Jack y Rosaline; pero no de ustedes. Me verán en los mil y un proyectos que tengo por delante. Si me lo permiten, les cuento un poco de mis demás historias en la siguiente sección.

Si no, esta es nuestra despedida. Espero hayan disfrutado esta novela tanto como yo. Muchas gracias por llegar hasta aquí.

Por último les recuerdo que pueden dejar una reseña o calificación de esta novela en Goodreads. Se los agradecería infinitamente.

 Se los agradecería infinitamente

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Una boda a la derivaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora