Morfeo se encuentra en un aprieto (literalmente)

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Capítulo 4

Con el corazón latiendo con fuerza en mi pecho, levanté la mano y toqué la puerta marcada con el número que coincidía con la dirección proporcionada por Ulises. Cada golpe resonaba en mi pecho, una mezcla de nerviosismo y anticipación llenando mi ser mientras esperaba una respuesta.

Pasaron unos segundos que se sintieron como una eternidad, hasta que finalmente la puerta se abrió lentamente, revelando la figura de un chico de aproximadamente de unos 14 o 15 años con cabello oscuro y una mirada escudriñadora.

-¿Sí? ¿En qué puedo ayudarte? -preguntó el chico con una mezcla de curiosidad y cautela.

Inhalé profundamente, reuniendo toda mi determinación antes de responder.

- Estoy buscando a Percy Jackson. ¿Está en casa?

El chico, cuyo nombre mencionaron como Nico, frunció el ceño, claramente confundido por mi presencia.

-No sé de quién estás hablando -respondió, con tono de desconfianza.

Antes de que pudiera decir algo más, una voz familiar resonó desde el interior del apartamento.

-¿Quién es, Nico?

La figura de Percy Jackson apareció en el umbral de la puerta, su presencia imponente llenando la habitación con una energía palpable.

-¿Qué está pasando aquí? -preguntó Percy, mirando alternativamente a Nico y a mí con curiosidad.

Inhalé profundamente, reuniendo toda mi determinación antes de responder.

-Hola, Percy -dije, intentando mantener la calma a pesar de mi nerviosismo-. Soy Morfeo. Necesito tu ayuda.

La mirada de Percy se volvió escéptica, claramente sin reconocerme.

-Lo siento, pero no te conozco -dijo, con tono firme-. ¿Por qué debería ayudarte?

Mi corazón se hundió ante su respuesta, pero no perdí la esperanza.

-Entiendo que esto pueda parecer extraño, pero necesito hablar contigo en privado -dije, esperando que Percy estuviera dispuesto a escucharme.

Percy pareció considerarlo por un momento antes de asentir con la cabeza.

-Está bien, entra -dijo, abriendo la puerta un poco más para que pudiera pasar.

Con un gesto de agradecimiento, pasé junto a Percy hacia el interior del apartamento, dejando que la puerta se cerrara tras de mí. Percibí la mirada de Nico, cargada de advertencia, pero no me intimidé. Sabía que mi presencia podía despertar desconfianza, pero también estaba decidido a ganarme la confianza de Percy.

Una vez dentro, Percy se dirigió a Nico con un gesto serio.

-Nico, ¿podrías dejarnos a solas por un momento? Necesito hablar con Morfeo en privado.

Nico asintió con gesto sombrío, recogiendo unas cartas de mitomagia antes de dirigirme una mirada penetrante.

-Si le haces algo, te mato -murmuró antes de desaparecer en una de las habitaciones.

Una vez a solas, Percy y yo nos quedamos frente a frente en la sala de estar, el ambiente cargado de tensión.

-Entonces, ¿qué es lo que necesitas de mí, Morfeo? -preguntó Percy, sus ojos azules fijos en los míos con cautela.

Inhalé profundamente, reuniendo mis pensamientos antes de responder.

-Necesito tu ayuda, Percy -dije con sinceridad-. Estoy en busca de redención, pero no sé por dónde empezar.

𝑺𝒖𝒆𝒏̃𝒐𝒔 𝒅𝒆𝒍 𝑶𝒍𝒊𝒎𝒑𝒐: 𝑼𝒏 𝒅𝒊𝒐𝒔 𝒆𝒏𝒕𝒓𝒆 𝒎𝒐𝒓𝒕𝒂𝒍𝒆𝒔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora