Lecciones de amor de un dios

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Capítulo 15

𝓟𝓮𝓻𝓬𝔂

La mañana llegó sin hacer mucho ruido, como si el mundo aún estuviera procesando la intensidad de la noche pasada. El sol se filtraba a través de las cortinas, iluminando la habitación donde me encontraba con el resto del grupo. La atmósfera estaba cargada de una tensión palpable. A pesar de los amuletos protectores que Hypnos nos había dado, la preocupación por lo que podría pasar seguía presente.

Había notado que Nico había estado distante y con un humor deprimente. Sus ojos no tenían el brillo de antes, y su actitud mostraba una tristeza que me preocupaba. No sabía exactamente cómo ayudarlo, pero sentía que debía hacer algo.

Decidí que lo mejor sería acercarme a él, pero no tenía idea de cómo hacerlo sin invadir su espacio. Necesitaba consejo. Recordé a Morfeo y cómo él había enfrentado su propia batalla interna. Quizás él podría ofrecerme algunas ideas sobre cómo manejar la situación con Nico.

Me dirigí hacia la habitación de Morfeo, sintiendo el silencio que reinaba en la casa. La puerta estaba entreabierta, así que toqué suavemente antes de entrar.

—Morfeo, ¿puedo hablar contigo? —pregunté, tratando de sonar lo más tranquilo posible.

Morfeo levantó la vista de lo que estaba haciendo y me hizo un gesto para que entrara.

—Claro, Percy. ¿Qué sucede?

Me senté en una silla cerca de él, buscando las palabras correctas.

—Es sobre Nico. Lo he notado bastante deprimido últimamente. No sé qué hacer para ayudarlo. No quiero que se sienta más abrumado de lo que ya está, pero tampoco quiero ignorar lo que está pasando. ¿Tienes algún consejo sobre cómo acercarme a él?

Morfeo asintió, su mirada reflejando una comprensión profunda.

—Nico está lidiando con mucha presión y responsabilidad, más allá de lo que cualquier joven debería enfrentar. Es natural que se sienta abrumado y triste. A veces, lo que más necesitan es saber que no están solos, que alguien se preocupa por ellos.

—¿Y cómo hago eso sin presionarlo? —pregunté, inquieto—. No quiero que se sienta más atrapado o aislado.

Morfeo se recostó en su silla, sus ojos llenos de sabiduría.

—Lo primero es ser genuino en tu preocupación. A veces, simplemente estar allí para alguien, ofrecer tu presencia sin intentar forzarlos a hablar, puede hacer una gran diferencia. Puedes empezar con gestos pequeños, como pasar tiempo con él, escuchar sin juzgar y ofrecer apoyo.

—¿Y si no quiere hablar? —pregunté, frustrado.

—Respeta su espacio, pero deja en claro que estás dispuesto a escuchar cuando esté listo. No fuerces la conversación, pero hazle saber que estás ahí para él, sin importar lo que necesite.

Asentí, absorbiendo sus palabras. Parecía que la clave estaba en la paciencia y la empatía.

—Morfeo, ¿puedo preguntar algo? —pregunté con nervios 

—Claro, Percy. ¿Sobre qué quieres hablar?

—Es sobre el amor. He estado pensando en cómo entenderlo mejor podría ayudarme a apoyar a Nico. ¿Podrías contarme algo sobre tu propia experiencia con el amor?

Morfeo asintió, su expresión se tornó seria y reflexiva.

—El amor... es una fuerza poderosa, Percy. En mi vida, he conocido su luz y su oscuridad. Si te interesa, puedo contarte sobre mi experiencia con Calíope, la musa con la que compartí un profundo amor.

𝑺𝒖𝒆𝒏̃𝒐𝒔 𝒅𝒆𝒍 𝑶𝒍𝒊𝒎𝒑𝒐: 𝑼𝒏 𝒅𝒊𝒐𝒔 𝒆𝒏𝒕𝒓𝒆 𝒎𝒐𝒓𝒕𝒂𝒍𝒆𝒔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora