Epílogo

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El Legado de Oribell

El tiempo había pasado desde que las sombras de la batalla se disiparon y los ecos de los gritos habían dado paso a un silencio pacífico. El mundo había cambiado, pero en el fondo, la esencia de las aventuras y los mitos continuaba viva. En un parque cercano a Central Park, el sol brillaba con una calidez que prometía nuevos comienzos. Allí, en ese rincón del mundo, sostenía a nuestro hijo en brazos.

Oribell. Su nombre resonaba en mis oídos como un canto de esperanza. Miré su rostro, un pequeño que apenas podía entender la magnitud de su herencia. Sus ojos eran de un azul eléctrico, destellantes y llenos de curiosidad, mientras que un mechón naranja se alzaba desafiando la gravedad en su frente. Era un símbolo de su origen extraordinario, un recordatorio constante de que era un semidios, hijo de un mortal y un dios onírico. A mi lado, Morfeo sonreía, y en su mirada se podía ver el amor y la protección que sentía por nuestro pequeño.

- Bienvenido al mundo, Oribell Park- murmuré, sintiendo la mezcla de alegría y responsabilidad que me envolvía. La vida que llevábamos no era ordinaria; estaba impregnada de magia y aventuras. Sabía que nuestro hijo tendría que enfrentarse a un destino que lo llevaría a ser reconocido, pero eso no me llenaba de temor. Más bien, me daba fuerzas para prepararlo.

Mientras observaba a Morfeo acariciar suavemente la mejilla de Oribell, escuché las palabras que fluyeron de sus labios. -Siempre estaré aquí para guiarlo- dijo, su voz suave como una melodía. - El mundo es vasto y a menudo peligroso, pero juntos enfrentaremos todo lo que venga.- Su promesa resonaba en mi corazón. Sabía que las dificultades no serían pocas, pero con el amor de Morfeo y la determinación de proteger a nuestro hijo, todo era posible.

Recordé las historias que me habían contado sobre los semidioses, héroes que habían enfrentado monstruos y desafíos épicos, dejando su huella en la historia. Oribell sería diferente, no solo por su herencia divina, sino por el amor y la valentía que le inculcaríamos. Desde pequeño, le enseñaría sobre la importancia de la amistad, el valor de luchar por lo correcto y la fuerza que se encuentra en la unidad.

Mientras el viento suave acariciaba nuestras caras, supe que este era solo el comienzo de una nueva historia. La historia de Oribell sería una mezcla de sueños y realidades, aventuras y sacrificios. Se convertiría en un héroe a su manera, enfrentándose a fuerzas oscuras que amenazaban su mundo, con el legado de su padre y de Morfeo guiándolo. En ese momento, comprendí que había una responsabilidad en cada susurro del viento y en cada parpadeo de las estrellas. Oribell no solo era nuestro hijo; era la esperanza de un nuevo mañana, un faro en la oscuridad, un símbolo de todo lo que habíamos luchado y perdido.

Con el sol poniéndose en el horizonte, llenando el cielo de tonos dorados y naranjas, prometí que siempre estaríamos a su lado. Las aventuras que nos aguardaban serían grandes y desafiantes, pero estábamos listos. No importa cuán difícil fuera el camino, siempre lucharíamos por nuestro pequeño, asegurando que conociera su verdadero potencial. Así, en este parque, entre risas y susurros, la historia de Oribell comenzaba. Con cada día que pasara, se convertiría en un semidios legendario, y su nombre sería recordado entre los grandes. La historia que habíamos comenzado juntos solo había dado sus primeros pasos, y con el tiempo, Oribell Park, hijo de Morfeo y Thomas, brillaría como un nuevo héroe en el firmamento de los mitos.





Oribell Prince y los elementos de la velación, se encontrará disponible el día 30 de septiembre. Las actualizaciones serán semanales, les recuerdo que es una saga.

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𝑺𝒖𝒆𝒏̃𝒐𝒔 𝒅𝒆𝒍 𝑶𝒍𝒊𝒎𝒑𝒐: 𝑼𝒏 𝒅𝒊𝒐𝒔 𝒆𝒏𝒕𝒓𝒆 𝒎𝒐𝒓𝒕𝒂𝒍𝒆𝒔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora