1. El Badulaque.

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Te estás muriendo de hambre desde que aterrizaste, pero no parece haber ninguna máquina expendedora en la explanada del aeropuerto.
Miras la hora en tu teléfono, es pasado el medio día pero el lugar está casi vacío. Resoplas.

A lo lejos alcanzas a ver...¿Un mono? No. Dos monos. De pronto te inunda la curiosidad por ese par.

—Mmm, buenas...—Te acercas. No son de la misma raza y uno trae una playera azul...

—¿Qué?

—Hola amm... Quería saber si conocen algún lugar de comida por aquí.

—No señorita, aquí no hay una puta mierda.—responde el segundo peludo.

—¿Pero Añoño?

El mono de la playera azul, Añoño, se le acerca a la oreja, pero alcanzas a escuchar.

—Mondongo que esta es una desconocida, que tal que nos quiere engañar para que la llevemos por comida y nos secuestre para el puto circo...

Mondongo se queda pensando un segundo.

—Tu eres mi hermano, tú decide.

—Chicos que no quiero que me sigan, solo quiero comida..

—¿Chicos? ¿CHICOS? Mondongo, ¿eso es un insulto?—Añoño se gira hacia ti.— Que hay muchos que están más chicos que yo, ¿Eh?

—Si y no habla de estatura.

—Y ni hablo de estatura ¿eh?

De pronto el mono Añoño saca una navaja pequeña, haciéndote retroceder.

—Vale, tranquilo. Baja eso.—Intentas calmarlo.—No era insulto, solo no sé cómo dirigirme hacia ustedes. Solo quiero comida, por favor...

El mono de la playera azul vacila pero guarda la navaja.

—Yo, Añoño.—te dice.

—Yo, Mondongo.

—Vale, yo... F.—respondes, con alivio.

—F.—Mondongo te observa de arriba a abajo.—¿Por f en el chat?

—¿Cómo?

—Hay un badulaque saliendo de aquí, venden comida y "Rasca y Gana", aunque si no tienes dinero mejor no te pares por ahí, que los dueños tienen fama de esfadores...

—Vale, ¿para la derecha o izquierda?

—¿Mondongo?—Le mira el mono.

—Ni puta idea tío, ni se cuál es la derecha y cuál la izquierda.

Suspiras y aprietas tu mochila que comienza a cansarte el hombro. Agradeces y sales rápidamente de la explanada deseando que hayas tomado la dirección correcta.

Afortunadamente, tres calles a la derecha, te topas con un badulaque ampliamente anunciado y lleno de promociones al fondo de una gasolinera. Se puede leer un cartel tricolor con la palabra "KeRule".

En el interior hay unos cuántos formados en fila, así que decides explorar los productos de la tienda. Café, donunts, hamburguesas, lo normal... Sientes como te cruje el estómago.

—¡El que sigue!—Grita el tendero con una voz chillona.

—¡Que yo llegué primero, triple-hijueputa!—Grita una chica pelirosa.

Agua de horchata, zumo de naranja...

—Señorita, ¡Déjeme que atienda al anciano primero! No sea usted inconsciente—grita el tendero.

—¿A quien le dice anciano?—se ofende el anciano parecido a Odín.

Rasca y gana, sándwich... Decides irte por la hamburguesa y un agua de horchata. Te diriges con tranquilidad a la fila, que ya aumentó su tamaño casi al doble. La gente se grita y uno que otro plática. Alcanzas a escuchar a unos chiflando como aves al fondo, pero decides concéntrar tu mirada en el piso, no quieres más problemas ni llamar la atención.

El señor de la Mafia.(Toni Gambino)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora