4. El señor Toni Gambino.

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¡¡Atención!! Para mejorar la experiencia, pueden poner la música cuando aparezca el símbolo 🎶🎶, por fi. Si no les aparece, pueden buscarla en YT como Felicità-Berlín... Puede que no se concentren si está en español por la letra, entonces recomiendo o ponerla en volumen bajo o también pueden buscar la versión italiana que es Felicità-Albano Carrisi y Romina Power.

¡¡Disfruten!!



Inicio de la música

🎶🎶

Todos giran su cabeza con atención. Un hombre trajeado entra con un caminar embelesador. Te parece igual de atractivo que Carlo, pero mucho menos bohemio, con un toque más clásico. Conforme se acerca, notas como se marca su mandíbula mientras aprieta la expresión bajo su barba, dejando un atractivo recorrido lineal por su cuello. 

El hombre recorre todo el lugar resonando sus mocasines bajo sus piernas largas y ligeramente marcadas hasta llegar a dónde están y con una gran sonrisa abraza a Carlo. Sus dientes blancos y perfectos no hacen más que resaltar su simétrico rostro. Su cabello, más rubio que el de Carlo, se ve perfectamente acomodado y deja al descubierto su frente pronunciada, aunque sus ojos se tapan bajo unos lentes de sol oscuros.

El hombre te mira de reojo, luego a Gasolino y finalmente pone su expresión seria y vuelve a Carlo. Cruza sus brazos, marcando bajo su traje los músculos de su cuerpo un poco más. De pronto se te asemeja a un empresario elegante y recto. Su imagen es como de los hombres que van triunfando por Wall Street pero con un toque del viejo continente. Te da curiosidad escuchar su voz, saber su nombre. Por saber su historia...

—Estás babeando.—Te susurra Gasolino. Solo entonces notas que tenías la boca ligeramente abierta. Aunque no babeas.

—Tú también.

—Claro, ¿Qué no los ves?—Los señala.

Carlo se acerca y lo invita a sentarse a su lado, pero el se queda a un lado de pie, viéndote Fijamente.

—Teresa, te presento a mi hermano, Toni Gambino.—Sonríe Carlo, eufórico.—Le conté un poco sobre el por qué estás aquí.

—Si, muchas gracias.—Inclinas la cabeza como en reverencia, por alguna estúpida razón.—Me llamo Teresa.

Piacere di conoscerti, Teressa.—Saludó Toni, con una voz grave y masculina. Sientes como en ese preciso momento una corriente eléctrica recorre tu cuerpo. Te quedas un par de segundos sin respiración, y luego aclaras tu garganta.

—Igualmente, señor Gambino.


Fin de la música


Un pequeño, pero bonito silencio se queda en el aire, cuando vuelves a alzar la mirada y esta vez, aunque sea de manera muy insignificante y casi por obligación, su mirada está puesta en ti por un momento, como analizando aquella situación ajena que te rodeaba. ¿Qué sabrá? ¿Qué le habrá dicho Carlo? ¿Cuántos años tiene si se ve ligeramente más grande que su hermano?

Es un hombre tan imponente que te hace sentir como si estuvieses dentro de una revista de lujo, o un comercial de Ferrari, o algo por el estilo. Era igual que vivir en una situación totalmente surrealista y embriagadoramente bella, excepto por Gasolino por supuesto.

El señor de la Mafia.(Toni Gambino)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora