13. Bájala tú, cerdo.

450 41 9
                                    


¡Hola! Se viene capítulo largo, así que sugiero que te prepares una botanita, o algo que guste... Trato de hacerlos fluidos para ustedes, y bueno, espero les esté gustando.

¡Un abracito de la escritora!

Aviso: Todas las palabras utilizadas son basadas en los personajes originales, no tienen por objeto la señalización u ofensa hacia nadie. 

꧁   ♰   ꧂


Te tomas un momento, mientras Carlo se concentra en tu rostro, como tratando de adivinar lo que pasa por tu mente. Pero ni siquiera tú terminas de entender como llegaste a esta situación. Tu único trabajo era darle celos a una chica y reducir la deuda con tu jefe el mafias, pero ahora estás aquí, con el corazón a mil mientras es él quien está en calzones y con sus grandes ojos azules como los de un venado, parado frente a ti.

Parece darse cuenta de eso, cuando observa su propio reflejo en el espejo a tus espaldas. Sonrojado, se aparta rápidamente y se gira para ponerse de nuevo la ropa. Aprovechas para bajar del lavabo en un brinco y tomar una gran bocanada de aire. Luego te diriges hacia la puerta y la entreabres para poder ver el pasillo, tratando de no darle mucha importancia a todo lo que pasaba justo detrás, aunque una parte de ti empieza a recordar a Carlo sin camisa en el KeRule en tu primer día de trabajo, su abdomen ligeramente marcado y sus tatuajes de constelación. Despejas tu mente rápidamente.

—Joder, discúlpame Ter.—Te giras hacia él, ya vestido. Pasa las manos por su cabello rubio con nerviosismo.—Que tremendo hijoputa que soy, me siento como si hubiera cruzado una línea contigo que no debí cru...

—No, por favor.—Le detienes. Carlo tiene la mirada clavada en el piso y los hombros totalmente caídos. Es la primera vez que parece afectado por algo, al menos frente a ti. De pronto su imagen te recuerda a la de un niño pequeño.—No te hagas eso, ¿si?

—Discúlpame, no debí...—Repite.

—Lo que hiciste fue ayudarme.—Le sonríes tímidamente, llevando las manos hasta sus hombros. Te sorprendes a ti misma por intentar calmar a Carlo en tu propio estado.—De otra manera no habríamos conseguido salir de este problema, ¿de acuerdo?

Por fin levanta la mirada, pero no muy convencido. Y aunque tratas de ocultarlo, a ti tampoco te convence del todo.


꧁   ♰  ꧂


Recorren el pasillo en un silencio muy tenso hasta que finalmente Carlo opta por seguirte de lejos. 

Afortunadamente no ves por ningún lado a Emilio, pero localizas a Isidoro entre la gente, bailando sin camisa para un grupito de chicas que aplauden eufóricamente a su alrededor. La curiosidad sobre como logró aquel toque de atención femenina llena tu cabeza por un par de segundos, pero en el fondo agradeces que esté tan distraído.

Finalmente llegas a la salida. Al fondo localizas un Lamborghini negro estacionado a unos cuantos metros. Toni.

—¿Carlo?—Te das cuenta que ha dejado de seguirte por un momento, le están devolviendo sus armas en la puerta principal. Te limitas a esperarlo mientras sacas un cigarro algo arrugado de tus jeans, te preguntas que le pasó hasta recuerdas que sufrió un sentón en un lavabo elegante mientras te besabas con Carlo Gambino. Lo prendes, ansiosa y le das la que quizá sea la fumada  más larga de toda tu vida.

El señor de la Mafia.(Toni Gambino)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora