El señor de la Mafia.(Toni Gambino)

25. No me gustan los pobres.

-Yo... Yo...-Isidoro parpadea un par de veces, antes de reaccionar.-Espera, ¿tú que haces aquí, Teressa?

-¿Teressa?-Se escucha de pronto, y reconoces la voz de inmediato. Carlo.

Sin pensarlo ni un segundo, alzas la escopeta y apuntas hacia Isidoro que te mira con los ojos abiertos como platos y levanta las manos al aire, asustado.

-¡Espera!-Grita.-¿Qué cojones?

-¡¿Dónde está Carlo?!-Quitas el seguro.-Dímelo Isidoro o te juro que...

-Que bonita te ves cuando te preocupas por mi.

Y ahí, recargado en una de las paredes y goteando sangre por un costado, de pronto aparece Carlo. Su mirada se posa en ti y deja escapar una sonrisa, mientras resopla. Sin prestar atención a su comentario, dejas la escopeta en el piso y corres directamente hacia él.

-¡Carlo!-Aunque tu impulso inicial es abrazarlo, te detienes al ver una mueca de dolor en su bohemio rostro.-Pensamos que te había pasado algo. ¿Estás bien?

Diriges la mirada hacia su costado.

-Ahora si lo estoy.

-Le dispararon.-Contesta de pronto Isidoro. Por un momento habías olvidado su presencia.-Si no hubiera sido por mi, seguramente ahora estaría más perforado que un queso.

Resoplas.

-¿Carlo Gambino? Lo dudo mucho.

-Me temo que así es, bella.-Dice, mientras se agacha sobre Gasolino. Este comienza a reaccionar lentamente.

-¿Y Toni?-Te pregunta Carlo, con un tono de preocupación.

-Te fue a buscar también. Debe estar cerca.

-Ellos deben seguir por ahí...

Sacas tu teléfono y se lo ofreces, aunque por su expresión parece no entenderte del todo.

-No sé cómo activar el GPS, pero...

El italiano se te queda viendo por unos segundos, sorprendido. Finalmente toma el celular y prestas atención a como lo activa. Casi como si lo hubiera llamano, aparece Toni después de unos cuántos segundos, agitado.

-¿Teressa?-Grita. Puedes notar alivio en su expresión cuando te ve al lado de su hermano. Pero esa expresión desaparece cuando nota la herida en su costado.-Hermano, ¿qué sucedió?

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Carlo ha insistido en mantener a Isidoro cerca de él después de que lo ayudara en la emboscada de Jacob. Una parte de ti aún no puede creer que el sea capaz de hacerte esto, después de todo lo que creías que significar para él, aunque otra parte sabía que era algo que debías esperar luego de delatarlo con el FBI. En la recuperación del menor de los Gambino, te habías convertido en un fuerte apoyo para los movimientos de José y Toni, yendo como protección en los intercambios y movimientos grandes de mercancía, y de alguna u otra forma habías comenzado a revivir en ti esa adrenalina que creías perdida.

Aunque no habían hablado del beso de aquel día, a veces Toni rozaba tu mano o te sonreía mientras platicaban con José. Incluso una vez, te llegó por correo un precioso y enorme cuadro de la noche cayendo sobre el Pier. Aunque no tenía dedicatoria y no mencionó nada, la verdad te había encantado ese detalle.

Estás caminando por el jardín cuando alguien te sorprende por detrás. Toni alza un precioso tulipán rojo en tu dirección, sonrojado. No puedes ocultar la sonrisa que se te asoma cuando lo ves.