El par de amantes se habían metido de lleno en el ambiente de Roma, tan atrapados que decidieron extender su estancia un par de días más antes de emprender el viaje de vuelta a Londres el miércoles en la madrugada. La noticia de que los padres de Taylor habían retrasado su vuelo una semana completa fue como un rayo de sol en un día nublado, justo lo que necesitaban para seguir disfrutando de su escapada clandestina sin prisas ni preocupaciones. Consiguiendo tiempo de sobra para explorar cada rincón de la ciudad y perderse entre las estrechas calles empedradas sin tener que mirar el reloj.
Para ambos fue como si el universo estuviera conspirando a su favor, regalándoles unos días extra de romance y aventura antes de enfrentarse al mundo real de nuevo.
Louis se reportó enfermo a la empresa sin dar más explicaciones de la cuenta, solo diciendo que se tomaría un par de días más. Por otro lado, Dylan, se había enfadado más de la cuenta cuando Louis le avisó que su estancia en Italia se había prolongado más de lo esperado. Pero antes de que pudiera siquiera replicar, Louis había desaparecido de su vida durante esos días fuera de la ciudad, ignorando por completo sus mensajes y llamadas.
No le importó tener que sufrir los berrinches de su esposo porque no podía lamentar esos días maravillosos junto a Harry. Ninguna queja pudo empañar el recuerdo de esos momentos felices mientras paseaban sin rumbo alguno entre las calles adoquinadas o mientras lo follaba en el primer sitio en el que se diera la oportunidad.
En ese preciso momento, Louis se hallaba inmerso en el ajetreo de la empresa, consciente de la pesada carga de trabajo que se había acumulado a sus espaldas. Cada tarea pendiente parecía ser una montaña que debía escalar sin descanso, mientras el reloj no dejaba de avanzar implacablemente.
En medio de ese torbellino, no le quedaba ni un instante para sí mismo, pues el deber y la responsabilidad lo reclamaban en cada esquina de la oficina. Así que cuando escuchó algunos toques en su puerta frunció el entrecejo, no necesitaba tener más cosas que hacer o al menos no cuando su asistente decidió renunciar para pasar tiempo con su bebé en casa.
Muy a su pesar, dio el permiso para que la persona tras la puerta pudiera entrar. Encontrándose con la figura de Esmond cuando la madera fue deslizada a un costado, el hombre iba vistiendo un traje entallado de color negro con sus zapatos bien lustrados y un semblante relajado. Louis aseguraba que si aquel sujeto supiera lo que ha estado haciendo con su hijo cada que están a solas, lo golpearía.
—Louis, me enteré de la renuncia de tu asistente. Recursos humanos ha estado buscando a alguien y no han tenido mucho éxito— planteó en cuanto se sentó frente al escritorio. —Y quería saber si estabas de acuerdo con que llamara a mi hijo para que lo sea, después de todo estuvo unos meses con eso y si no me dejas mentir, fue eficiente.
Obviamente, Louis no lo negó. —Su trabajo fue muy bueno y no me molestaría que retomara el puesto. Y más ahora que tengo demasiadas cosas que hacer— se encogió de hombros actuando entre desinteresado y aliviado.
—De acuerdo, gracias. Necesitaba darle un puesto o algo, pero todo estaba ocupado y aún no termina la carrera como para poder tomar un alto mando— comentó con un poco de preocupación que hizo que el interés de Louis incrementara.
—¿Por qué?, ¿Sucede algo con el chico?— inquirió, guardando papeles en folders para después acomodarlos en los cajones que había en el escritorio, tratando de lucir mínimamente el interés que tenía por Harry.
—Ha estado saliendo demasiado, sé que es mayor de edad, pero me preocupa. Casi no está en casa, llega siempre tarde y miente al respecto sobre los sitios a los que va. Mi esposa y yo estamos preocupados, creemos que tal vez está saliendo con algún chico, pero no nos ha dicho nada sobre eso— la angustia de Esmod era palpable, todo un padre desesperado por su hijo. —Quiero mantenerlo ocupado con algo y supuse que aquí sería un buen lugar donde podría estar más al pendiente de él.
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High Infidelity [L.S] M-preg
De TodoSu matrimonio de años se había ido a la mierda, se había vuelto insípido y rutinario. Los celos y los reclamos estaban siempre presentes y a esas alturas los votos que hicieron en el altar se estaban poniendo en duda y un caliente universitario de...