High Infidelity [L.S] M-preg

Capitulo 33

Era una noche a mediados de diciembre en Londres, y la ciudad brillaba como nunca. Montones de luces adornaban cada esquina, haciendo que las calles parecieran sacadas de un cuento de hadas. El frío era tan intenso que la gente que paseaba por los suburbios iba envuelta en abrigos gruesos, bufandas de lana y gorros, buscando cualquier manera de mantenerse caliente mientras estaban fuera de casa. Las tiendas y cafeterías, con sus decoraciones navideñas y vitrinas iluminadas, ofrecían un respiro acogedor del gélido aire exterior.

A pesar de la cercanía de las vacaciones de invierno, en las oficinas de S&T Estates, una famosa empresa de vinos y licores que recientemente había cambiado su nombre, el trabajo no daba tregua. Con el fin de año, la carga laboral se había disparado, y todos, desde los empleados hasta los mismos dueños, estaban ocupados tratando de cerrar todos los pendientes.

En una amplia sala de juntas, normalmente llena de ejecutivos, se encontraban los dos propietarios, rodeados de pilas de documentos y carpetas esparcidas por la enorme mesa de madera. Necesitaban el espacio para revisar cada detalle y asegurarse de que todo estuviera en orden. La presión era palpable en el ambiente, ambos estaban cansados y ansiosos por terminar, deseando poder irse a casa cuanto antes.

—Detesto los fines de año— dijo Esmond, arrojando un par de papeles sobre la mesa con frustración. Se dejó caer en el respaldo de su silla, mirando al techo como si buscara respuestas en las baldosas blancas.

—Ni que lo digas. Es la temporada más alta, pero también la más agotadora. Solo quiero irme a casa con mi familia— respondió Louis, abriendo un nuevo folder mientras el que acababa de revisar lo colocaba a un lado, lleno de post-its con anotaciones y correcciones.

Esmond suspiró, su mirada perdida en los papeles que tenía frente a él. —Es lo que deseo todos los días que vengo aquí. A veces siento que estoy fuera de casa todo el tiempo, y no me gusta, especialmente en esta época. Me siento afortunado de que mi esposa sea tan comprensiva— comentó, dejando ver una mezcla de cansancio y gratitud.

La sala quedó en silencio por un momento, interrumpido solo por el suave sonido de las hojas de papel al ser manipuladas y el tecleo ocasional en las laptops. Afuera, Londres seguía brillando, una ciudad viva e indiferente a las tensiones y preocupaciones de aquellos que, como Esmond y Louis, trabajaban sin descanso para cerrar un año más en el competitivo mundo de los negocios.

—¿Y cómo ha estado Harry?— preguntó Louis, tratando de ocultar el interés evidente en su voz. Sus dedos se movían rápidamente sobre el teclado de su laptop, enviando los documentos pendientes a su nueva secretaria. —Desde que se fue de aquí no lo he visto. ¿No ha pensado en volver?

Esmond, sin percatarse del trasfondo de las preguntas de Louis sobre su hijo, respondió con una sonrisa: —Ha estado muy bien. No sé si el chico con el que ha estado saliendo tenga algo que ver, pero Harry ha dejado de salir a escondidas y ahora nos cuenta todo lo que hace—. Su rostro se iluminó mientras hablaba, claramente orgulloso de la evolución de su hijo. —Me agrada mucho el chico. Recientemente habló conmigo para saber si estoy de acuerdo con que le pida a Harry salir con él, y de verdad me sorprendió. Actualmente, casi ningún joven hace eso.

Louis sintió cómo su mandíbula se tensaba al escuchar sobre los planes de aquel chico. Trató de mantener la compostura mientras seguía tecleando, pero la mención de Harry y su nuevo interés romántico le hizo hervir por dentro.

Si tan solo no hubiera sido un imbécil, aún tendría a Harry consigo. Todas las noches se preguntaba por qué había esperado tanto para divorciarse, odiándose a sí mismo por haber insinuado que Harry tenía toda la responsabilidad. Al final, quien estaba casado era él, no Harry, y aunque el menor no ayudó con sus insinuaciones, era él quien debía haber respetado su relación. Ahora, probablemente, Harry no quería verlo ni en pintura.