El temporizador mantenía una cuenta regresiva que había comenzado en cinco minutos. Cada segundo que disminuía en la pantalla se percibía como si, en lugar de pasar rápidamente, cada uno se arrastrara, haciéndose eterno, como si en realidad fuese una hora lo que transcurría.
Dylan sentía cómo los nervios le carcomían por dentro con una intensidad punzante. La espera se volvía insoportable, y la habitación en la que se encontraba se sentía cada vez más opresiva, como si las paredes se cerraran a su alrededor, robándole el aire y aumentando su ansiedad con cada momento que pasaba.
—¿Cuánto falta?— escuchó una voz familiar, cargada de preocupación.
—No lo sé— murmuró mientras caminaba en círculos, como si ese movimiento pudiese acelerar el paso del tiempo, con la esperanza de que la tortuosa cuenta regresiva llegara a su fin más rápidamente y pudiera confirmar aquello que lo mantenía en ese estado de nerviosismo constante.
—Revisa el temporizador— insistió, haciendo que la preocupación de Dylan se convirtiera en irritación.
—Espera a que suene el jodido celular, ¿Crees que no quiero saber sobre la posibilidad de que haya vuelto a arruinar mi puta vida?— gruñó molesto.
Estaba a punto de seguir despotricando hacia el otro hombre cuando, milagrosamente, el celular comenzó a vibrar, señal de que los cinco minutos de espera habían concluido. Una corriente de nervios volvió a apoderarse de él, recorriendo su cuerpo como un choque eléctrico. Sin embargo, consiguió apagar el dispositivo y dirigir su atención al otro objeto que estaba a un costado, esperando revelar los resultados.
Con los dedos temblando, Dylan tomó la prueba de embarazo que se había realizado. A pesar de su renuencia, revisó la pequeña pantalla. Dos líneas rojas se dibujaban claramente: era positivo, lo que significaba que estaba embarazado.
Dylan estaba esperando otro hijo, y no era de su marido.
—¿Y bien? —preguntó Stephan, observando la expresión del pelirrojo y adivinando la probable respuesta. Pero aun así necesitaba escucharlo salir de sus propios labios.
—Estoy embarazado— respondió aún sin creerlo, no quería aceptar la nueva noticia de su condición.
—Tranquilo, yo me haré cargo del bebé y de todo lo que se requiera— intentó tranquilizarlo. —Ambos podemos...— fue cortado por el ojiazul.
—No, lo que tú harás será no decir nada a nadie sobre esto. Este hijo que estoy esperando es de Louis y punto, no puedo arruinar mi matrimonio con esta tontería— pronunció. —Además, si esto sale a la luz, Louis me odiará y quedaré como la zorra ante los medios por salir embarazado de un hombre que no es mi marido.
—¿Y qué si digo algo? Tengo derecho sobre ese bebé, yo soy el padre— desafío ante la idea de apartarse y fingir que Dylan no tendría a su primer hijo. El ojiazul no podía hacerle eso.
—Si quieres seguir viéndome olvidaras ese tema. Le diré a Louis que estoy esperando otro hijo de él y tú no te meterás en esos asuntos, ¿De acuerdo?— habló tajante, dejando a relucir su posición con respecto al asunto; Louis no tenía que enterarse de la verdad.
Stephan lo observó un par de segundos, conocía a Dylan a la perfección y sabía que no podía llevarle la contraria ni hacerle cambiar de opinión. Ninguna de esas opciones era factible a menos que fuera el propio ojiazul quien las propusiera y, no tenía ganas de arriesgarse al intentar algo que probablemente saldría mal.
—Bien— aceptó no muy convencido.
—Gracias por entenderlo— su tono de voz se volvió más dócil a comparación con el que había tenido unos segundos atrás y se inclinó para dejar un beso fugaz sobre los labios del contrario.
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High Infidelity [L.S] M-preg
LosoweSu matrimonio de años se había ido a la mierda, se había vuelto insípido y rutinario. Los celos y los reclamos estaban siempre presentes y a esas alturas los votos que hicieron en el altar se estaban poniendo en duda y un caliente universitario de...