Secretos entre enemigas

Falling Down

NOTAS DEL AUTOR 

¡HE REVIVIDO! 

Ya ni me digan nada :,v le falló tanto que se me acabaron las excusas. Les juro que yo creo que diosito me odia porque siempre me pone un maldito contratiempo para no publicar XD

Queridos lectores es hora de sacarlos un poco de la intriga y relatarles que pasó después de un capítulo tan emocionante. Afortunadamente, Wattpad me permitió seguir aquí así que aprovechemos. En otras noticias, parece que amor yaoi regresó, así que puede que regresen las actualizaciones en esa plataforma. 

Hoy es 26 de abril así que espero poder actualizar bien bien el 26 de junio. Siempre doy dos meses porque salen pendientes en mi vida de adulto :,v 

Los quiero y agradezco por todo. No me odien XD

NOTA: El capítulo de hoy está inspirado en una canción llamada Falling Dow and Getting Hurt de Elliot Moss. Así que ya saben como se llamará el próximo capítulo. Si gustan escúchenla, describe las emociones de nuestras dos protagonistas de hoy. 

FIN DE LAS NOTAS DEL AUTOR

ALISON

Mi mente mantiene grabado el día que falleció mi abuela. Puedo sentir la madera mojada impregnando la parte baja de mi overol, escuchar las gotas de lluvia azotando contra el techo de lámina del pórtico, y visualizar cada grieta contada en la madera desgastada. La hierba mojada desliza el agua obtenida hacia sus tallos, las hormigas se dispersan bajo tierra para cubrirse; mientras yo, espero sentada alguna noticia. Sumergida en los cuestionamientos internos que, por más que intentaba opacar positivamente, se multiplicaban y volvían el doble de lamentables. Entonces, la puerta de malla fue obligada a separarse del marco, provocando el rechinido tan característico que hace cuando es abierta con lentitud. Su dueño permaneció inmóvil y sin una sola palabra me comunicó lo que ninguna persona quiere conocer; la muerte. La saliva se volvió tan amarga que provocó un nudo indescriptible en mi garganta; mis orejas se calentaron a un grado inexplicable, seguido de un hormigueo continuo por mi rostro que finalizó al cabo de unos segundos, pero dejó aquella sensación como si se tratara de una marca. Ni siquiera me percaté cuando mis lágrimas descendieron sin esfuerzo alguno por mis mejillas, aparentando ser infinitas e insuficientes como para acabar con el sentimiento tan desgarrador, que estaba experimentando. Me repetí constantemente que era una pesadilla con el fin de no aceptar mi realidad; imaginando internamente que pronto despertaría de aquel aflictivo evento.

La calidez abandonó mi bebida transcurridos los minutos, seguido del sabor y la calidad; volviéndose insípido para mi paladar. La única función de mi bebida fue permitirme apreciar su color, ya que, ni siquiera el aroma podía disfrutar. A mi edad, rechazar una buena taza de café lo consideraría un pecado imperdonable, pero el nudo en mi garganta y congestión en la nariz, alejaban mi gusto por la cafeína. Puedo considerarlo una ayuda extra con las indicaciones del médico, quien no se cansa de repetirme que por el momento evite irritantes en mi recuperación. Solo ha pasado una semana desde que me acomodaron la nariz, pero la hinchazón y dolor me hacen creer que fue ayer cuando me la rompieron; apenas si puedo respirar apropiadamente. A veces me veo en la necesidad de inhalar por la boca para deshacerme de la incomodidad y obtener el oxígeno necesario. Las incontables gasas que aún cubren mi nariz no son de ayuda, más bien dificultan el asunto. Me da vergüenza salir y exponerme a los curiosos que miran el desastre de mi cara. Si fuera un boxeador, se consideraría una herida de batalla, pero para mí, es una de supervivencia.

- ¿Alguien sabía algo de todo esto? – Preguntó Miriam rompiendo el silencio que nos acompañó por más de una hora.

Han sucedido tantas cosas, que es la primera vez que las circunstancias nos permiten sentarnos a platicar. El número de malas noticias nos rebasaba día con día, al grado de empezar a prepararnos mentalmente para recibir otra sacudida en nuestras vidas. Tanto Miriam como Jason tuvieron que abstenerse por preguntar o tomar en cuenta sus emociones, ya que, de primera instancia estaba el bienestar de sus hijos. Ahora que pueden darse un respiro, desean conocer los motivos detrás de todo lo sucedido. ¿Quién demonios lo veía venir?, ni siquiera su propio hermano, Adam, fue capaz de pronosticar las intenciones de Hanna hasta el último acto; sin embargo, eso no significa que sea una sorpresa para todos. Me avergüenza decir que, en un primer instante, no me atreví a asumir completamente la culpa; no por miedo o cobardía, no, más bien desprecio hacia mi persona. Miriam es una de las personas que más admiro en este mundo, ha confiado en mí y yo he prometido ayudarla en todo lo necesario. ¿Cómo iba a plantarle cara? Mientras me debatía internamente sobre como empezar la conversación, el señor Jason se atrevió a contestar con tal de no dejar a su exesposa con la pregunta en la boca.