Secretos entre enemigas

Todas las noches

NOTAS DEL AUTOR

Queridos lectores, después de una semana más de sufrimiento, ha llegado el capítulo que nos adentrará al desarrollo final de esta historia. Recordemos el principio; se nos relató un momento en presente de Hanna antes de contar las razones que nos trajeron hasta aquí. Ya las conocen, pero aún falta saber que fue lo que pasó después. Estoy casi segura de que me odiaran al finalizar este capítulo. 

Ahora los anuncios. Estoy haciendo trampa, porque se supone debo publicar en noviembre, sin embargo, ese mes es el más atascado que tengo en temas de trabajo. No se preocupen, no les pediré esperarme hasta el siguiente año XD. Publicaré el capítulo como regalo de navidad para ustedes. Dándoles la perspectiva de Lily en todo este conflicto. Así que si, la FECHA DE PUBLICACIÓN DEL SIGUIENTE CAPÍTULO SERÁ EL 24 DE DICIEMBRE. Que por cierto, según mis notas es el cumpleaños de Hanna. 

¿Saben que los adoro? Disfruten el capítulo. 

FIN DE LAS NOTAS DEL AUTOR

HANNA

El cantar de las aves da lugar a un nuevo día. La luz del sol apenas si es perceptible, haciéndose paso tenuemente entre las pequeñas fibras de las cortinas y creando ese tono celeste que inunda poco a poco la habitación. Estoy consciente, no sé exactamente desde a que hora, pero mi cuerpo indispuesto a levantarse y empezar la rutina que tanto me pesaba día con día, me obligó a permanecer acostada. Con el fin de no aburrirme y ceder ante el nuevo mañana, recreaba el entorno imaginando la escena de aquellos sonidos que podía percibir cerca de mi vecindario. Por ejemplo, el vecino, quien antes de prepararse, sale a encender su auto para que este se caliente y no se detenga a medio camino como ya le ha relatado a mi padre; o el jardinero de unas cuadras adelante batallando con la cuerda que enciende su podadora; también está la ama de casa deteniendo el autobús escolar y gritando a todo pulmón los nombres de sus hijos. Rutinas diarias que difícilmente cambian sino es con el pasar del tiempo. Las cosas siguen avanzando con o sin ti. Como si al mundo no le importara tu pausa, tu dolor, lucha o sufrimiento; repitiéndote constantemente que tú también debes moverte.

Inconscientemente me percato del tiempo. Mi brazo se estira lentamente hacia el pequeño buró cercano a la cama, me posiciono encima de mi celular y al pasar de unos instantes, la alarma es silenciada. El ruidoso retumbar apenas si logró cumplir su propósito unos microsegundos, confirmándome no solo que ya debía despabilarme, sino también dejando ese incómodo pitido en los tímpanos. Esa parte de mi cabeza despertó. Las voces llegaron poco a poco, junto con los recuerdos y pensamientos desagradables que desean hundirme en una penumbra abismal. Obligo a mi cuerpo a levantarse, tomar las pastillas cercanas a mí e ingerir la cantidad correspondiente. Respiro un par de minutos y siento como mi alrededor se vuelve silencioso, obsoleto, gris; sin emociones malas, pero tampoco buenas, algo neutro. Acaricio mis hombros, estiro un poco el cuerpo y alejo todo malestar físico para poder ponerme de pie de una vez por todas. El día ha empezado una vez más.

Mi primera parada es el baño. Lo mismo de siempre: llego, me siento, hago mis necesidades, termino y lavo mis manos; pero una vez que giro hacia la regadera frente a mí, me paralizo y me pierdo detenidamente en sus perillas brillantes. El medicamento me ayuda a controlar las emociones fuertes, sin embargo, los recuerdos son involuntarios. El sonido del agua puede ser relajante en muchos sentidos, pero para mí se ha vuelto un detonante que me transporta a esa noche, como si lo pudiera ver desde otra perspectiva. Me observo arrastrando a Mike al lago, torturándolo y disfrutando de la ambientación que las sacudidas, gotas y burbujas pueden ofrecerme. Cuando permito que ese recuerdo se mezcle con la sensación del agua tocando cada parte de mi cuerpo, me siento un monstruo. Alison me ha explicado las razones psicológicas por las cuales actué de esa manera. No puedo negar que me he pasado de la raya la mayoría de las veces, pero esa noche... fue diferente y ella lo describe como una desconexión. Un estado que nos obliga a actuar sin moral, sentimientos o principios. Eso no quiere decir que me deslindo totalmente de mis acciones contra Mike, pero tenerlo en cuenta me ayuda a respirar e interrumpir el detonante.