Danza de víboras tercera parte

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NOTAS DEL AUTOR 

: D HE REGRESADO!!!!

Queridos lectores, como siempre, me retraso un montón con las actualizaciones, pero créanme que ha sido difícil adaptarme (parece que perdí un poco de practica al dejar de escribir en las festividades navideñas). Al menos fueron menos de 3 meses, espero la siguiente actualización sea en menos de dos XD. En fin, gracias por el apoyo, buenos deseos y sobre todo le doy la bienvenida a los nuevos lectores. 

Antes de continuar con la actualización quisiera dar un anuncio importante, parece que la plataforma Amor yaoi (Segunda plataforma donde subo mis historias) está teniendo fallas. Daré un anuncio en mi facebook y por si las dudas aquí mismo en wattpad, para informarles más sobre este error. Quiero agradecer a Kurokami3, que tuvo la gentileza de avisarme y prevenirme para estar al tanto del error. 

Sin más que decir, disfruten el capítulo. 

FIN DE LAS NOTAS DEL AUTOR 

LILY

Después de encender todas las velas y colocarlas en lugares estratégicos de la habitación, me senté en la cama y esperé pacientemente a que mi novia terminará con la tarea que le había encargado. Pasados unos 5 minutos ella salió del baño y juro por dios que mi corazón estalló en el primer segundo que la vi. Mi sonrisa se asomaba involuntariamente de tan grandiosa vista que estaba teniendo y por un momento sentí envidia, pero no de ella, sino de todos los chicos que llegaron a contemplarla de esta manera. No tardé mucho en sentir la enorme necesidad de lanzarme y besarla con locura, solo para intentar borrar cualquier esencia que haya quedado de los malditos suertudos que pudieron tocar su cuerpo.

- ¿Terminaste de contemplarme? – Preguntó mi novia un tanto molesta.

Hanna se encontraba de pie a media habitación, intentando cubrir con sus manos las partes que menos ropa tenían, y ¿Cómo no hacerlo?, con un disfraz de conejita Playboy, ¿Quién no se sentiría avergonzado?, o peor aún, humillado por una apuesta que perdiste por la excesiva confianza que te tienes a ti mismo. No me sorprende en lo más mínimo que la vestimenta haya estado entre sus cosas, es más, lo deducía por como ella adora presumir su cuerpo. Simplemente se me cruzó la idea cuando entramos al vestidor, lo busqué por simple curiosidad y eureka; he aquí el castigo perfecto para mis celos injustificados a un pasado que no me corresponde juzgar. A pesar de eso, más que saciar mi molestia, solo la empeoré.

Aclaré mi garganta, deshice la sonrisa y desvié la mirada con el fin de evitar una incomodidad mayor. No pude dejar mis dudas de lado para disfrutar el momento, al contrario, las externé confiando en que ella me contestaría con total honestidad.

- ¿Lo llegaste a usar para fines íntimos? – Pregunté.

- ¿En serio?, ¿Me lo puse solo para que me interrogues? – Se cruzó de brazos.

- Si no quieres contestar no lo hagas y ya. – Parece que fue una mala idea.

- Primero admiras mi cuerpo con una sonrisa y luego te enojas porque crees que usé esto con otras personas. – Ahí estaba su sonrisa de demonio. – Decídete. –

La especialidad de Hanna siempre ha sido pronosticar los movimientos del enemigo; tener la ventaja de crear una estrategia ganadora la hace única y al mismo tiempo un dolor de culo para mí. Tiene el don de leerme la mente con un simple vistazo, saber porque cambié de humor, o por lo menos percatarse de que algo está incomodándome. Incluso me atrevería a decir que el ser mujer, la hace consciente de las actitudes tan extrañas que a veces tenemos nosotras; a diferencia de los hombres, que muy rara vez están conscientes de que provocó nuestro descontento. Sin embargo, a pesar de saber el ¿Por qué?, ella quería que yo se lo comunicara directamente.

Secretos entre enemigasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora