Secretos entre enemigas

Medio tiempo

NOTAS DEL AUTOR 

HE VUELTO!!! Rebasando por 2 días los 2 meses XD, perdónenme TnT, aún ando encontrando el ritmo. Mi meta ahora será antes del mes, así que espero verlos el 11 de Julio, aún así agradezco a todos los que esperaron. Sin más que decir, disfruten el capítulo. 

PD: Parece que amor yaoi se restableció, pero aún hay errores en la base de datos, así que seguiré esperando para subirlo a la plataforma. 

FIN DE LAS NOTAS DEL AUTOR

LILY

Los rayos del sol se adentraron en la habitación por el pequeño espacio que había entre las cortinas, avanzando conforme transcurría el tiempo; logrando así posicionarse en mis ojos. Involuntariamente, rodé la cabeza agobiada por el exceso de luz, y al ver que no disminuía mi molestia me giré por completo para darle totalmente la espalda. El movimiento de mi cuerpo me despabiló, por lo que poco a poco fui percatándome de mi alrededor; como el sonido de las aves, mi respiración, y uno que otro crujir de los muebles.

¿Dónde estaba?, ¿Qué había pasado anoche?, aún me encontraba desorientada y fuera de sí. Unos brazos se hicieron presentes detrás mío, tomaron posesión de mi cuerpo y me abrazaron; se trataba de mi novia. Entonces, a mi mente vinieron todos los maravillosos recuerdos que hicimos el día de ayer, y como un pequeño contratiempo se volvió un glorioso regalo. Suspiré, sonreí involuntariamente y apreté con cariño sus brazos, permitiéndome disfrutar del momento unos minutos más, o por lo menos hasta que la incomodidad de orinar fuera insoportable.

Después de un rato, abrí los ojos, volteé lentamente hacia atrás para saber si Hanna estaba despierta, y al ver que permanecía dormida me aseguré de cuidar la intensidad de mis movimientos. Quité suavemente sus brazos, me levanté con cuidado, y una vez de pie revisé si ella continuaba completamente inconsciente, lo cual fue afirmativo. Busqué por su habitación algunas pantuflas y al encontrarlas me dirigí al baño. Cerré la puerta, hice mis necesidades, descargué el inodoro y caminé hasta el lavabo para enjuagar mis manos. Mientras me secaba, me observé en el espejo y noté como mi apariencia era deplorable.

Tal vez estaba exagerando, cualquiera tiene ese aspecto cuando se levanta, pero por alguna razón no quería que Hanna me viera así. Comencé por las lagañas, enjuagué un poco mi cara e intenté acomodar mi cabello, pero al ver que era inútil consideré cepillarlo. Entonces me tomé la libertad de hurgar entre las cosas de Hanna; después de todo, todo lo mío es suyo y viceversa, así que dudo que le moleste que agarre alguna de sus pertenencias sin permiso. Revisé el interior del espejo (se trataba de esos muebles que vienen con un espejo integrado) y encontré múltiples humectantes, exfoliantes, mascarillas y ungüentos para el acné. Tomé uno por simple curiosidad y me pregunté si ella recuerda que todo esto lo dejó aquí, o, dio por hecho que lo había perdido en la "supuesta venta" que organizó su madre. En parte entiendo a la señora O'Neill, si Hanna se hubiera llevado todas sus pertenencias, la casa parecería boutique de ropa y belleza. Dejé el objeto en su lugar y cerré el mueble del espejo.

Continué con el lavabo, el cual tenía 2 cajones y un par de puertas hacia el interior de este. Uno de los cajones contenía ligas para el cabello, uñas postizas, esmaltes y múltiples cosméticos; mientras que el otro, era abarcado por diferentes tipos de peines, fijadores y espumas para el cabello; tomé un cepillo simple y proseguí con el arreglo personal. Al terminar noté que quedaron un par de mechones dorados entre las cerdas del cepillo, por lo que pensé en retirarlos, pero después creí que sería divertido ver mis rizos en su lindo cabello castaño. Regresé todo a su lugar y por simple curiosidad revisé las puertas que daban al interior del lavabo, encontrándome con secadoras, planchas y rizadores de cabello.

- Esto es increíble. – Comenté para mí misma riendo.

Mi improvisado arreglo había terminado, finalmente me sentía lista para regresar a la cama con Hanna. Me aproximé del lado de la cama donde ella dormía, la moví suavemente y le di un beso tierno en la mejilla para hacerle saber que era yo. Abrió ligeramente su ojo derecho, observó momentáneamente de que se trataba y después volvió a cerrarlo.