Secretos entre enemigas

Jugadas y contra jugadas

NOTAS DE AUTOR 

¿Cómo están? espero bien. Es hora del capítulo de hoy, así que disfruten

FIN DE LAS NOTAS DE AUTOR

El día del juego llegó, había carteles, folletos y banderines por todo el internado, anunciaban el partido de futbol americano que se llevaría a cabo esta noche. Se sentía emoción y espíritu por los alrededores, cientos de estudiantes gritaban con orgullo para apoyar a nuestro equipo en este acontecimiento tan importante.

Muchos se emocionaban por este tipo de eventos, pero lo cierto es que a mí se me hacen realmente aburridos, lo único que interesaba ver era a los chicos sexys en el campo, los vigilaba como presas y al acabar el juego iba a coquetear con ellos. Claro que esta vez no sería para eso, asistiría para ir tras mi objetivo, Allard.

Además del partido, se venía una enorme fiesta, la cual se organizaría en el jardín recreativo. Oliver (nuestro anfitrión) había conseguido que sus padres patrocinaran una fiesta que celebraría al equipo ganador. Todos estaban invitados, incluso los perdedores, por lo que, la mayoría no se perdería algo así de grande. Habría buena música, bebidas y bocadillos, además de que era viernes, así que no habría problemas al día siguiente con las clases y se consiguió el permiso de la directora para quedarnos hasta tarde (máximo 2 de la madrugada).

- ¿En la fiesta? – preguntó Jennifer mientras escogía algunos banderines para apoyar al equipo.

Habían acabado las clases, el juego daría comienzo cuando el atardecer terminara. Nos encontrábamos en nuestra habitación, Jennifer de pie mirando los banderines que estaban encima de su cama y yo sentada en mi escritorio mirando la escena.

- Si, es el momento perfecto. Todos estarán concentrados en la fiesta, habrá muy poca gente a los alrededores y si logró apartarla de todo eso no me preocupare por las interrupciones – recargué mi mentón en mi mano – pero para eso ella debe salir sin sus secuaces

- ¿No te será complicado llamar su atención?, te ignoro dos semanas seguidas – la mirada de Jennifer se posó en mí.

- No me lo recuerdes – dije con molestia – solo necesito una oportunidad, algo que la haga enfurecer lo suficiente como para que salga a voluntad propia. La conozco, ella me seguirá con tal de ponerme un alto – entonces me levanté y me aproximé a la ventana – que ruidosos – la cerré con fuerza, se escuchaban gritos y cornetas por todos lados.

- ¿Por qué no te relajas un rato? – caminó hasta donde yo estaba y me abrazó por la espalda – disfrutemos de la atmosfera, Allard no tiene que estar todo el tiempo en tu cabeza – suspiré e intenté relajarme. Ella se apartó y cuando me di la vuelta me miró sonriente – ¡Arriba Gárgolas! – decía animada, pero al ver mi rostro serio suspiró y caminó de regreso a su cama – Allard esto, Allard aquello, parece que estas obsesionada con ella – dijo molesta.

- ¿Qué? – bufé y la miré con una sonrisa – claro que no – defendí.

- Hanna, estás tan distraída que ni siquiera notaste que te abracé por la espalda – desvié la mirada y rasque mi mejilla, intentaba recordarlo – me has dicho muchas veces que no te toque, pero estas en las nubes que ni siquiera lo notaste

- ¿Estás usando mis trucos? – me aproximé y ella se puso nerviosa.

- Solo digo que tienes que calmarte con el asunto de Allard – desvió su mirada a la cama.

Tal vez Jennifer tenga razón, estaba pensando de más las cosas y el asunto de Allard me estaba volviendo amargada y distraída. Si seguía con mis planeas compulsivos los bloqueos continuarían, pero es que me molestaba tanto el hecho de que ella me ignorara, que quería realizar lo más rápido posible el plan para que dejara de hacerlo.