NOTAS DEL AUTOR
Bueno les traigo otro capítulo antes de ocuparme esta semana XD, solo para que vean que no m gusta dejarlos con la intriga.
Disfrútenlo.
FIN DE LAS NOTAS DE AUTOR
Había salido de mi habitación molesta, se escuchaban golpes por toda la casa a las siete de la mañana y eso era un verdadero fastidio. Bajé las escaleras y salí de la casa para encontrarme con mi madre observando al techo. Me puse a un lado de ella y vi que mi hermano estaba martillando unas cosas arriba de este.
Mi hermano sostenía algunos clavos en su boca mientras él martillaba nervioso pero fuerte. Mi madre lo veía atenta y sonriente, claro que yo después de ver aquella escena la mire molesta, pero no desvió su mirada ni un solo instante de mi hermano.
- ¿Puedo preguntar "por qué carajos esta mi hermano en el techo"? – me cruce de brazos y espere su respuesta.
- Me ayuda con algunas reparaciones, hay goteras cuando llueve – ni siquiera se molestó en mirarme.
- ¡Son las siete de la mañana mamá! – decía esta vez desesperada por su falta de interés en mí.
- Quien madruga dios le ayuda – me miro finalmente y me dedico una sonrisa.
- Diablos voy a morir aquí – moví mi cabeza de un lado a otro y decidí abandonar el lugar, pero la voz de mi madre me detuvo.
- ¿A dónde crees que vas?, tú también tienes que ayudar en los deberes de la casa, así que vístete y veme aquí abajo – decía mi madre a espaldas mías.
- En tus sueños – susurre mientras caminaba en dirección a la casa.
- ¿Qué dijiste? – esta vez mi madre uso un tono más agresivo.
- Que ya voy – con nerviosismo corrí hacia la casa.
Entonces aquí estoy, vestida con ropa deportiva y el pelo amarrado en una coleta para poder ayudarle a mi mamá a acomodar algunas cosas que aún faltaban por arreglar después de la mudanza. Movimos algunos muebles, acomodamos adornos, limpiamos el polvo y hasta las diez de la mañana nos pudimos dar un respiro para poder desayunar.
Terminamos hasta las dos de la tarde cansados, sucios y adoloridos. No perdí el tiempo y me dirigí a la ducha para poder refrescarme y cortar aquellas uñas que se rompieron con tanta movilidad y esfuerzo. Estaba realmente molesta, no solo tuve que abandonar mi hogar, tenía que seguir las reglas que mi mamá imponía por la fuerza, era realmente un fastidio.
- ¡Sal Hanna!, llevas ahí una hora – decía mi hermano golpeando la puerta del baño – quiero ducharme apesto
- Esa peste la llevas contigo desde hace mucho – reí ante mi comentario y después continúe colocando mi labial de cerezas.
Cuando todo estuvo listo le mande un beso a mi reflejo del espejo, guarde mis cosas y revise por una última vez mis uñas.
- Barbie, sino sales te juro que... – fue cuando abrí la puerta y lo miré con una ceja en alto.
- ¿Vas a qué?, ¿Delatarme con Allard?, no creas que no vi que tan bien se llevaban – di unos toques suaves con el dedo en el pecho desnudo de mi hermano. Él me miraba desafiante – no te lo repetiré dos veces, metete en mi camino y considérate hombre muerto – lo empujé fuertemente hacia atrás para poder pasar y continuar mi camino hasta la habitación.
Cuando llegué a mi habitación me sentí satisfecha, no había podido hablar con mi hermano sobre Allard, pero la oportunidad que se me había presentado fue perfecta para lograr amenazarlo antes de que las cosas se salieran de control.
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Secretos entre enemigas
RomanceLos grupos de la escuela siempre se han dividido, están los raros, normales, simpáticos, nerds, antisociales y finalmente los populares. Es común ver historias donde el popular se fija en aquella persona antisocial y nerd, se conocen, enamoran y viv...