NOTAS DEL AUTOR
Disfruten en capítulo de hoy.
FIN DE LAS NOTAS DE AUTOR.
La clase había terminado y la primera en salir fue Jennifer, todo se hicieron a un lado para evitar el contacto. Por el contrario, yo esperé un poco para evitar la aglomeración en la entrada y cuando quise salir del aula las chicas de Allard me detuvieron, esto se iba poner feo.
- ¿No te da miedo contagiarte de SIDA chica nueva? – Allard estaba a la mitad del salón, la mire por encima del hombro.
- Son simples rumores – decía sonriendo y regresando mi atención a las chicas de Allard. Se trataba de una morena y la otra rellena, pero ambas a la moda. Había escogido bien a sus súbditos, ninguna de las dos la superaría, significaba que era cuidadosa – de verdad me gustaría charlar con ustedes, pero tengo cosas que atender, así que si me permiten... – intente rodear la situación, pero la chica rellena se puso frente a mí y me empujo para que yo retrocediera.
- Por si no lo sabes O'Neill, yo soy la ley – Allard se acercaba poco a poco a mí.
- De eso no tengo duda – trate de mantener la calma, pero aun así observaba ambos movimientos, tanto el de sus súbditas como los de ella, no quería que me tomaran desprevenida y si esto se iba a poner feo entonces que yo tuviera la ventaja.
- Eso es grandioso – se paró a unos pocos metros de mi – no quiero que estés en mi camino, esta es la segunda vez que te lo advierto. En la tercera no seré tan piadosa como ahora – entonces camino a la salida junto con sus súbditas y desapareció de mi vista.
- Nunca provoques a una víbora Allard – dije para mí misma. Su amenaza me había molestado bastante, pero no dejaría que eso alterara mis planea.
Todas las clases siguientes me senté al lado de Jennifer, quien aprovechaba cada oportunidad para alejarse de mí y evitar el acercamiento. Las burlas cesaron, pero los susurros no, debía darme prisa antes de que esto se volviera en una complicación para mí antes que una ventaja.
El día había sido pesado, controlé la situación, pero para Jennifer empeoro. Me di cuenta de esto cuando regresé a mi habitación por la tarde, el marco de la puerta estaba lleno de cintas de aislamiento, de esas que usan en los crímenes policiales.
- Que originales – quite las cintas con molestia y las arroje lejos de la puerta.
Cuando ingresé a la habitación me encontré con las luces apagadas. Entré algo dudosa, cerré la puerta y prendí las luces, encontrándome con Jennifer acostada en posición fetal sobre su cama, con la misma sudadera de ayer.
- ¿Estás ...? – no me dejo terminar.
- No lo estoy – dijo inmediatamente – me costó mucho trabajo alejarla de mí, de que se olvidarán de mi existencia, era perfecto, no me importaba que me ignoraran – se levantó molesta y me acorralo contra la puerta – pero una cosa es que me ignoren y otra muy diferente que empiecen con los acosos de nuevo
Jennifer estaba molesta, con los ojos llorosos y rojos, pero más que tristeza, expresaba desesperación. Claro que la había hecho enojar, cualquiera lo estaría, debía terminar mi jugada antes de que me comieran un peón que se podía transformar en una reina.
- Yo... – trate de razonar con ella, pero de nuevo no me dejo hablar.
- Si no te alejas de mí, entonces te alejaré a la fuerza – se abalanzó contra mí, pero en un rápido movimiento aparte sus manos y la tome del cuello de la sudadera, levantándola un poco.
La expresión de Jennifer había cambiado a una asustada, mi faceta de amabilidad se había desplomado y mostré mis colmillos.
- Ten mucho cuidado donde pones las manos – esta vez la mire seriamente. Poco después la solté, haciendo que esta cayera rápidamente de rodillas en el piso.

ESTÁS LEYENDO
Secretos entre enemigas
Roman d'amourLos grupos de la escuela siempre se han dividido, están los raros, normales, simpáticos, nerds, antisociales y finalmente los populares. Es común ver historias donde el popular se fija en aquella persona antisocial y nerd, se conocen, enamoran y viv...