Una declaración de guerra

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NOTAS DEL AUTOR:

Aquí vamos con el tercer capítulo, así que disfrútenlo.

FIN DE LAS NOTAR DE AUTOR.

 Camino a mi siguiente clase me percaté que a la lejanía se encontraba mi hermano conversando con Oliver, este día se ponía cada vez mejor. Me desvié de mi trayecto para poder encaminarme hacía él, estaba riendo bastante, pero en cuanto me vio su cara cambio a una seria y preocupada.

- Aquí estás hermano mío, te he estado buscado por todos lados – llegando lo abrace dulcemente. Se notó su incomodidad inmediatamente, pero tenía que aparentar frente a Oliver, no podía hacerme una escena frente a él.

- Hanna, que sorpresa – sonrío falsamente y deshizo el abrazo lo más natural que pudo.

- Hey, Hanna, que sorpresa encontrarte aquí – Oliver me sonrío encantadoramente, su lado dulce había vuelto – lamento lo de hace rato, mi novia es algo celosa – rio algo nervioso – no quiero que le guardes rencor, ella es una chica encantadora – eso me había impresionado, no pensé que la fuera a defender.

- No te preocupes, debió llevarse una mala impresión de mí, no la culpo – le regresé la sonrisa amablemente – es una chica inteligente por lo que vi en la clase de hoy, no tuve el gusto de conocer su nombre – era momento de continuar con la investigación.

- Es Lily Allard – mi hermano había respondido la pregunta – ahora que tienes el gusto de conocerla, es mejor que nos retiremos a nuestra próxima clase hermana – este me tomo de la mano, cosa que se me hizo rara, pero cuando lo mire él tenía una expresión forzada, estaba enojado.

- Pero...

- Nos vemos viejo – mi hermano se despidió y me arrastró con él lejos de Oliver.

Oliver se despidió gustoso y continuo su camino en dirección opuesta a nosotros. Cuando este salió de nuestra vista mi hermano se detuvo y me soltó de la mano, poco después se limpió en su camisa. Lo mire molesta y él con una ceja en alto.

- ¿Qué diablos te sucede?, necesitaba más información – me cruce de brazos.

- ¿De un caza nova? – el hizo lo mismo.

- Dime algo que no sepa hermanito – dije riendo.

- Te tiene en la mira, no deja de preguntarme por ti. Hay chicas que lo miran muy extraño y estoy casi seguro de que su noviazgo solo es conveniencia – cerró los ojos por un momento y suspiro – cuídate, este tipo de chicos pueden llegar a ser unos lunáticos

- ¿Vuelves a los viejos hábitos?, ya te dije que se cuidarme, no tienes que andar detrás de mí como niñero – él hizo una mueca de desagrado – pero gracias por la información, me facilitas el trabajo – me di la vuelta y me dispuse a continuar mi camino, pero mi hermano me detuvo – ¿Ahora qué?

- Se quien puede ser tu informante – sonreí de satisfacción al escuchar eso – te lo diré si prometes no molestarme más y no tratarme como otro de tus peones – me miro molestó.

- Bien – dije sin dudar – es una promesa – levanté mi mano y sonreí.

- Busca a Jennifer Davis, ahora déjame en paz y no te vuelvas a meter así en mis conversaciones – retrocedió poco a poco – no eres la única que busca beneficios – después de decir eso, dio media vuelta y siguió con su camino.

Sonreí mientras miraba como mi hermano se alejaba poco a poco.

Ya era algo tarde y como había perdido el tiempo con mi hermano, me había retrasado para la siguiente clase. Decidí no entrar y caminé hasta la biblioteca para poder idear un plan y tener mis recursos bien medidos. Ya tenía a la informante, pero tenía que encontrar la manera de acercarme a ella, necesitaba conocer el motivo por el cual mi hermano me dio su nombre.

Secretos entre enemigasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora